Inteligencia e inteligencia emocional en las organizaciones
Actualmente, existen grandes problemas en las organizaciones en cuanto a las relaciones sociales dentro de ellas, se presenta con los empleados, los empleadores y los socios o alta gerencia. Falsamente se cree que por el solo hecho de que los trabajadores estén recibiendo cierta remuneración por su trabajo se les va a conservar en sus oficios por indeterminado tiempo y van a estar en un estado de completa satisfacción, el trabajador cree que por estar cumpliendo con lo que se le asigna o delega es merecedor de un incremento en su salario y por otro lado, el o los inversionistas asumen que invirtiendo en un negocio la rentabilidad estará por las nubes. Lo que no se toma en cuenta es que pensar y asumir que las situaciones se van a dar como uno quiere no siempre se logran, ya que no siempre las personas piensan como uno y por lo tanto no habrá un buen entendimiento, es por eso que se debe de tener un trato amable y exclusivo para cada persona dentro de la organización, básicamente porque cada persona es única debido a su temperamento, carácter y destrezas.
La inteligencia como tradicionalmente la conocemos nos diría que habría que imponer un modo de pensar o de hacer las cosas para llegar a un fin, mientras que la inteligencia emocional nos ayudará a conseguir dicho fin con ayuda del trabajo en equipo, la lluvia de ideas, la crítica constructiva y a su vez, la valoración y apreciación de las personas que lograron el trabajo.
Otro aspecto importante que habría de haber en las organizaciones es la de lograr el equilibrio entre los conocimientos científicos (inteligencia) y el poder del trato con las personas (inteligencia emocional). Aunque el aspecto de los conocimiento tecnológicos y científicos son de suma importancia para la organización, el buen trato con la gente es la que dará grandes frutos en la compañía y en las personas, ya que vale más una mente con valores y no tan inteligente, a una mente sabia pero sin valores.
Las empresas de hoy en día, invierten mucho en tecnología y ciencia creyendo que esto les brindará mayores resultados en los objetivos a corto, mediano y largo plazos, sin embargo, dejan a un lado a la inversión en la calidad de las personas para su desarrollo emocional e espiritual que es el más valioso y el que más debiera importar.
Una empresa altamente competitiva o mejor conocida de ‘clase mundial’ se distingue de las demás en base a su inversión en el capital humano y en todos los esfuerzos que hace por elevar la autoestima, la autoconfianza y el auto-respeto en el individuo, mientras que una empresa tradicional solo se enfoca en números y cantidades cuando se habla de personas.
Por último, para lograr el desarrollo y crecimiento sano dentro de las organizaciones, es necesario elevar la inteligencia emocional en las personas la cual las llevará a su máxima capacidad intelectual que permitirá alcanzar cualquier reto y aspiración.
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