Los 3 denominadores más importantes de los líderes
Para que todo sistema funcione correctamente necesita de ciertas características que le ayude a cumplir con su finalidad, ya sean sistemas vivos, políticos, sociales o tecnológicos, todos necesitan de bases clave o principios que los empujarán hacia el logro de sus objetivos. Por ejemplo, para que un animal salvaje subsista y alcance reproducirse es necesario que cuente con algunos atributos clave, tales son el instinto de supervivencia, la capacidad innata para alimentarse y la facilidad de moverse a donde más le convenga.
En este apartado trataremos los puntos clave con los que un líder debe de contar para lograr un correcto liderazgo: 1) Inteligencia clara para ubicar la visión; 2) Voluntad para lograr el objetivo y 3) Capacidad de convencimiento para involucrar a sus colaboradores. Aunque no son las únicas, estas 3 aptitudes se consideran las más importantes para que una persona ejerza eficaz y eficientemente el liderazgo, las cuáles describiremos a continuación:
Inteligencia clara para ubicar la visión (objetivo).
En muchas ocasiones contamos con los medios, las destrezas, el apoyo y la determinación de llevar acabo cualquier actividad o tarea, sin embargo, no siempre sabemos que es lo que queremos, dónde estamos y hacia dónde vamos, es por eso que un buen líder debe de contar con la inteligencia suficiente para ver con claridad hacia dónde se dirige. La inteligencia no implica genialidad o contar con dotes extraordinarios, simple y sencillamente se debe de contar con un buen sentido común y ser centrado en lo que busca como fin. Esto deja abierta la puerta a cientos de miles de personas que creen que se necesita de una inteligencia sobre natural para ejercer el liderazgo.
Voluntad para lograr el objetivo (misión).
Teniendo claro el objetivo y encontrando los medios necesarios para lograr la meta, se necesita de ese extra por parte de líder, ese empujón que hace que cuando parezca que ya no haya nada que hacer ni fuerzas que sacar, lo llevará rumbo al éxito. Para eso, se necesita de una voluntad irrevocable que nadie sea capaz de quebrantar y por más altibajos que haya en el camino jamás se bajará la guardia ni se descuidará la esencia propia del objetivo.
Capacidad de convencimiento para involucrar a sus colaboradores (objetivo colectivo).
Ahora, ya sabiendo hacia dónde vamos y que es lo que buscamos, necesitamos de esa colaboración por parte de la gente que nos rodea. Es preciso recordar que cada persona tiene diferentes ideas acerca de un mismo objeto, idea o fin, es por ello que el líder debe de ser capaz de hacer que sus colaboradores tomen su idea como si fueran propias y la defiendan a capa y espada para así lograr con resultados lo que se busca. Aquí es importante que él (a través de su fluidez y elocuencia) haga ver que los objetivos son los correctos y convienen para el equipo, y a su vez, asegurarse que no se imponga autoritariamente ningún punto o tema, ya que todo debe de ser llevado a cabo gracias al debate, la lluvia de ideas y el consentimiento por las dos partes.
Podemos concluir que gracias a estos 3 elementos el liderazgo no es un don ni mucho menos una posición que se obtiene sin esfuerzo y dedicación, más bien es un proceso en el cual se desarrollan todas las actitudes y características que son indispensables para lograr un objetivo en común con la ayuda de un equipo convencido y motivado que esté dispuesto a luchar para lograr al éxito.






































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