Biomasa: Fuente de Energía Inagotable

El término “Biomasa” hace  referencia a la materia orgánica que  ha almacenado  energía a través del proceso de fotosíntesis.

Desde tiempos remotos se ha usado la biomasa como fuente energética, nuestros ancestros descubrieron que al usar y quemar la madera obtenían calor. La madera se considera el combustible más antiguo dentro de la biomasa. Sin embargo, tanto como la madera hay otros combustibles como las hojas y los residuos orgánicos, que también pueden ser utilizados para producir energía. Si se queman en hornos o calderas, puede obtenerse, además de calor, energía eléctrica.

La biomasa se puede encontrar en forma de plantas, árboles y puede ser transferida a través de la cadena alimenticia en la digestión animal  y sus desechos, los cuales pueden ser convertidos para uso humano a través de procesos como la combustión, el cuál libera el dióxido de carbono almacenado en el material vegetal.

Las fuentes de biomasa se pueden clasificar en primarias, como los recursos forestales; y secundarias, como el aserrín, las hojas de árboles, los residuos agrícolas y urbanos.

Gran parte de los combustibles de biomasa utilizados actualmente se presentan en forma de madera, vegetación seca, residuos de cultivos y plantas acuáticas. Su facilidad de producción y uso la ha convertido en una de las fuentes energéticas renovables de preferencia durante los últimos 20 años, sólo superado por la energía hidroeléctrica en la generación de electricidad.

La biomasa es una fuente energética ampliamente utilizada hoy día, probablemente debido a su bajo costo y la naturaleza. Representa casi el 15% del suministro total de energía en el mundo y hasta un 35% en los países en desarrollo, su uso se extiende principalmente en la cocina y calefacción a través de las calderas de biomasa.

Expertos afirman que utilizando nuevas tecnologías, la biomasa podría generar hasta el 80% de la energía mundial. Actualmente, de hecho se extrae más energía de la biomasa que de la energía nuclear. Además la biomasa tiene como ventaja principal que contribuye a disminuir las emisiones de dióxido de carbono, ya que el CO2 que se desprende por la combustión de estos residuos no es otro que el usado por el mismo ser vivo para formarse y crecer. De esta forma, al cerrarse un ciclo, el balance es completo.

Con respecto a los combustibles fósiles, su principal ventaja es que son neutros en CO2 y son renovables.

La energía solar y la energía eólica tienen ciertas limitaciones respecto al tipo de fuerza que producen, es decir: electricidad, fuerza mecánica o calor.  Mientras que con los combustibles de biomasa es posible obtener una gran variedad.

Se pueden utilizar los combustibles de biomasa para producir un gas que se puede quemar, o para producir un líquido que se puede almacenar en tanques y surtir con bombas, o se puede utilizar la biomasa para producir algo semejante al carbón que se coloca en costales y se exporta. Es un combustible versátil tanto en su comercialización como en su aprovechamiento final.

Aún es mucho el desarrollo que falta tanto en la industria como en la mente del consumidor, pero la biomasa se posiciona cada vez más como una alternativa energética para el futuro, que es amigable con el medio ambiente y lo es también para el bolsillo. Trayendo así una fuente de energía con desarrollo sostenible.