Objetivo elecciones Noviembre 2015
Noviembre 2015, elecciones generales, Nada extraño si no fuera por la trascendencia que pueden tener.
Muchos pensaban que Podemos sería una moda pasajera, entre ellos algún asesor de Rajoy, que todavía lo sigue siendo. Se pueden criticar muchas cosas de Pablo Iglesias, políticas, cambio de discurso, convertirse en la misma casta que denostó, etc., pero al contrario que sus oponentes, sus objetivos están perfectamente definidos y también tiene trazado el camino para conseguirlos.
Zapatero y Rubalcaba le ganaron las elecciones a Rajoy y dejaron al PSOE hecho trizas. La base electoral de izquierdas quedó herida, sin horizonte y muy susceptible a cualquier mensaje que significara volver a levantarse. Pablo Iglesias olió la sangre, preparó la estrategia y la puso en marcha.
Con una sobredosis de populismo y la ayuda de sexteros y similares, irrumpió en la vida social, descalificando a diestro y siniestro del arco parlamentario. Consiguió lo que pretendía, atraer la atención y la notoriedad suficiente para iniciar la carrera política. A partir de aquí fijó su mira en la primera presa, Izquierda Unida. Entre el rancio e inmovilista Cayo Lara y Pablo Iglesias, el pulso estaba muy descompensado y duró poco tiempo. Se fagocitó con aparente facilidad una buena parte de su organización y el espacio político. Arriola, como la paloma, una vez más se equivocaba, Podemos ya es la marca que lidera el avance del voto de izquierdas y quizá algún que otro antisistema de las antípodas.
En estas condiciones llegó a las elecciones autonómicas y municipales. Éxito rotundo. Ni siquiera ellos mismos esperaban ese resultado, que no voy a comentar. Socialistas y sobre todo populares, más que esperarlo, lo temían. Unos por ver como la mancha de aceite Podemos les estaba empezando a ocupar y los otros por la debacle generalizada, incluso en aquellas plazas clave, tradicionalmente azules. La irrupción de Ciudadanos se quedó por debajo del 7%, lejos del 10% presupuestado. De todas formas, son llave para gobernar en puntos significativos y por lo visto hasta la fecha, Rivera no está manejando de forma adecuada esa situación. Acabará apoyando a Cifuentes en Madrid, pero no quedará bien en la foto, por no haber llevado la negociación por la senda correcta. Debe aprender de la experiencia magenta, si no quiere acabar igual.
¿Y ahora qué? Pues la situación es complicada para PP y PSOE, pero no irreversible, eso sí, lo que tiene que suceder para darle la vuelta, no parece fácil que se de. Rajoy está finiquitado políticamente, su gran aliado electoral, Zapatero, ya no está, y por él mismo es incapaz de mover un solo voto. No sería capaz de vender hielo en el desierto. Está destrozando el partido y casi nadie confía en él. Ha traicionado a una parte significativa del electorado, además de haber apuñalado a personas significativas de su entorno y eso se paga. No cabe otra vía que dejar paso a alguien que genere ilusión y capaz de movilizar al electorado. Un perfil adecuado podría ser Pablo Casado, joven, conocido y de verbo fácil y convincente. ¿Sucederá?, NO, Mariano prefiere hundirse con el partido antes que irse. Se aferrará a ser el bastión contra el desastre, pero sin querer asumir que él también lo es para el PP. Hay otro gallego en la pomada, pero tanta zamburiña se acaba repitiendo, mejor la otra opción.
Queda el PSOE, y éste es el siguiente objetivo en la hoja de ruta de Pablo Iglesias, no lo va a poder devorar como a IU, pero sí lo puede debilitar, más de lo que ya está. El pobre Sánchez no responde a las espectativas y no está a la altura para reanimar el partido. Pero en este caso no hay mucho más donde elegir, será el candidato porque Susana se quedará en Sevilla, al menos de momento. Su paracaídas será papá pitufo, Felipe González, que cada vez veremos más en los medios y actos oficiales del partido. Es penoso, pero sólo él puede recuperar parte de lo perdido y frenar la mutación del voto de rojo a morado.
En resumen, la situación actual no va a mejorar para el PP, por exclusiva culpa de Mariano, y veremos una encarnizada lucha por el voto de la izquierda. El resultado que presumo en noviembre será un gobierno con Pedro Sánchez de presidente, apoyado en un bastón de cabeza de víbora.
Es lo que hay, no me echen la culpa, sólo se lo aventuro.

El sabio puede cambiar de opinón, el necio nunca





































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