Reflexión sobre dignidad, obligaciones y derechos en España antes del 20 D
Hay quienes afirman que la corrupción afecta sólo a los partidos políticos, otr@s que es culpabilidad exclusiva de sus cúpulas, y por último, los que dicen que la corrupción en España es algo generalizado. Aporto a este debate mi experiencia de haber militado activamente en un partido político.
Por una parte afirmar rotundamente que en las bases de los partidos políticos hay una absoluta corrupción; no es culpabilidad de todos, pero sí hay una mayoría que es corrupta, y que ya llega a ellos con esa personalidad y mentalidad bien definidas; a las cúpulas de los partidos políticos llegan las personas más carentes de escrúpulos y conciencia, y con condición totalmente antisocial, aquellos que más lo persiguen y se prestan a todo tipo de hechos ilícitos e ilegítimos, y utilizan para ello todas las armas más sucias y heterodoxas que tienen a su alcance.
En el pueblo y en los votantes, es cotidiano y habitual el prestarse a comportamientos sucios, ilegítimos y saltarse la legalidad tapándola con un velo negro, aunque en muchos casos la situación general y personal e individual les obligue a ello sencillamente como un acto de supervivencia. La situación es trágica, y es como una bola de nieve y un círculo vicioso. Los políticos sólo son peores que la sociedad que los pare, pero no son lo suficientemente diferentes: son sus hijos. Que nadie espere que desde las cúpulas de los partidos políticos nos solucionen nada, no creamos en ningún cambio posible a través de ellos.
En este momento todos se llenan la boca con la palabra “cambio”, incluso se hacen abanderados de ella quienes ahora mismo nos están gobernando y quienes se han repartido la alternancia en el poder desde hace bastante más de treinta años. Es imposible ningún cambio de arriba a abajo. La situación es trágica, pero está en manos del pueblo revertirla, con mucha valentía, sacrificio y esfuerzo, incluso sufrimiento. No podemos condescender ni ser partícipes de nada sucio y heterodoxo, aunque sería indignante contarle este cuento a millones de personas que están ahora mismo en la pobreza severa, pero no lo es para todos los demás. La mayoría de la parte restante es culpable de todo cuanto ocurre. Nosotros somos los culpables. Digamos no a todo lo que no sea ético, y además, denunciémoslo.
¡Cortemos el paso y el recorrido a la bola de nieve! Comencemos con un ejercicio bien sencillo: comportémonos cada día con honestidad, honradez, corrección, amabilidad, generosidad... fraternidad... con todas las personas que nos rodean. ¡
Prediquemos con el ejemplo! ¿Alguien se apunta? ¡Seguro que sí! Todos los demás que asuman su parte de culpabilidad y tengan la dignidad y la vergüenza suficiente para callarse definitivamente.
Es ahora, herman@ , no cuando el toro te empitone a ti de lleno. Entonces cállate, no te que quejes, no te avala ningún derecho. ¡tú mism@ has sido culpable y estas sufriendo la consecuencia de tu comportamiento!
¡Perdón y gracias!

José Ángel Graña Abad





































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