Comprender el amor para vivir plenamente
Desde que comenzamos a relacionarnos en este mundo, nos están hablando del amor, ya que la intuición del ser humano lo empuja inconscientemente a seguir el camino que le permita el disfrute de la existencia, y no cabe duda que el amor es el medio capaz de lograr ese goce. Por esta razón desde que ingresamos a nuestros estudios más básicos, ya sea con enfoque religioso o no, nos enseñan lo que es el amor. Lo cierto es que la comprensión de este sentimiento y la aplicación práctica en la vida se torna esquiva. Esta situación nos lleva a pensar muchas veces en que en realidad el amor no existe, que es solo una quimera inventada por poetas y soñadores, que buscan aparentar una felicidad que en realidad no es acorde con lo que nos plantea la vida.
El resultado de la vida en sociedad se torna sombrío, egoísta y dañino, por lo que vivimos angustiados en este mundo que no nos comprende, y muchas veces hasta nos rechaza. Por lo que comenzamos de igual manera a caer en el juego de la vaguedad, buscando nuestra propia satisfacción, olvidando que la satisfacción personal, solamente se encuentra cuando se aprende a amar y a reconocer en los demás a una versión de uno mismo.
No podemos vivir plenamente si no nos interesamos por las vivencias de los otros, aprendiendo a comprender sus motivaciones, sus frustraciones, e incluso aprendiendo a amar a quienes no nos ama, ya que el que ama esperando ser amado, cae en una esperanza que nunca será satisfecha, y esa quizás es la causa de los fracasos en temas de amor, cualquiera que sea su naturaleza.
Debemos detenernos e interrogarnos sobre si estamos entendiendo lo que en realidad es este sentimiento y los grandes beneficios que obtendremos, si lo miramos desde un punto de vista individualista, a partir de ser entregados a nuestros semejantes, y poderles servir cada vez que haya una oportunidad para ello.
Para este fin, es estrictamente necesario que comprendamos lo que es el amor, ya que, a pesar de estar escuchando teorías y conceptos desde nuestra aparición en el mundo, es evidente que nos falta amar y entregar ese amor a los demás para poder vivir plenamente en este corto lapso que representa la vida.
No es lo mismo estar enamorado que amar. Este error de confundir enamoramiento, pasión o atracción física con lo que es realmente el amor, nos mueve muchas veces a cometer desaciertos como sacrificar todo lo que se ha construido durante muchos años, pensando que hay que darle cabida al "amor", y no analizando las consecuencias de los actos, por sentimientos que muchas veces no pasan de ser un capricho.
Es entregar amor a cambio de algo, lo que no permite que el ser humano sea feliz, ya que lo encara como un negocio, como una retribución que espera, ya que está ofreciendo algo. Los negocios son los negocios, y en temas de negocios y en muchos aspectos de la vida funciona así, yo doy algo en la medida que me den una contraprestación por eso, y dentro de este esquema nos decidimos a amar, de ahí la causa de los fracasos. Siempre perderemos si lo abordamos desde esta óptica, ya que nunca encontraremos una retribución que sea acorde con lo que esperamos.
El amor es una fuerza universal que genera un impulso hacía lo constructivo, hacía lo que es provechoso. Amar realmente es desprenderse de uno mismo, es entregarse al ser amado con total desinterés. Si usted ama esperando amor a cambio, vivirá una zozobra que no le permitirá gozar la vida.
Debemos detenernos e interrogarnos sobre si estamos entendiendo lo que en realidad este sentimiento viene a abarcar ya que la construcción de una vida en sociedad puede ser disfrutada solo si compremos que solo amando de verdad veremos la vida esplendorosa que se ha diseñado para nosotros, y que nuestra ceguera no permite apreciar.
No importa cuánto dinero reúnas, no importa cuántas personas tengas a tu lado sirviéndote, ni cuantas parejas puedas disfrutar, si no te entregas al prójimo, a sus necesidades, a lo que los demás necesitan, no gozarás la vida. Este es un principio que encontraremos en todas las construcciones de sabiduría que el ser humano ha diseñado a través de los tiempos.
La persona que sabe amar tiene espacio en su interior para brindar este don a todos los que se relacionan con ella. Sin embargo, aquellos que no comprenden el amor, no pueden tener una experiencia de vida sana y plena, ni siquiera con las personas de las que más se espera que amen, a pesar de haber alcanzado éxitos en el desarrollo de sus actividades, oficios o carreras.
Ama a todos, mide todos tus actos con el rasero del amor, aparta de tu vida el miedo a amar. Recibirás malos pagos, pero no te perderás de la vida, la disfrutarás en abundancia y verás el camino claro y despejado para vivir plenamente.






































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