¿Cuánto nos cuesta una boda?
Estamos en esas fechas idóneas para las celebraciones de bodas, también de comuniones, pero esta vez vamos a centrarnos en las bodas, ese momento único y especial en el que vamos a establecer un vínculo más fuerte con nuestra pareja, el amor de nuestra vida. Las bodas están cargadas de emociones y sentimientos, ilusión, amor, felicidad, pero, muy a nuestro pesar y sin ánimo de empañar este instante casi mágico, también están cargadas de presupuestos abultados que, a duras penas, podemos afrontar. El romanticismo y el amor están muy bien, pero, también tenemos que ser realistas y aquí es donde entra lo que llamaríamos "prioridades".
Quién más y quién menos sueña con una boda perfecta por todo lo alto, sin escatimar gastos, es un único día e irrepetible, por lo menos en la mayoría de los casos, y queremos tirar la casa por la ventana. No estamos dispuestos a quitar un poquito de aquí y otro poquito de allá para que nos resulte más económico. Queremos el mejor vestido para lucir como princesas, el mejor fotógrafo, el restaurante más prestigioso, una luna de miel de lujo... Y, ciertamente, es lícito. Cada cual es dueño de sus decisiones y si nuestra ilusión es casarnos a lo grande ¿quién o qué nos lo impide?
Los cuatro pilares básicos sobre los que se sustenta una boda son: el banquete, el vestuario, fotografías y vídeos y viaje de novios. Digamos que estos cuatro pilares son los que se llevan la mayor parte del presupuesto. Por ejemplo y a modo general, vamos a establecer una media, el banquete oscilaría entre los 100 y 150 € por invitado; el vestido de la novia, entre 1.100 y 1.800 €; fotografía y vídeo, entre 1.000 y 1.500 € y la luna de miel, entre 1.000 y 5.000 €. La suma de estos baremos ya nos daría una cifra nada desdeñable.
Pero, hay unos cuantos gastos más que añadir, joyería, peluquería y estética, invitaciones de boda, encargos florales, banda de música, despedidas de soltero/a, detalles para los invitados, baile y barra libre... estos son solo algunos de los más comunes, pero, se podría engrosar todavía más.
Lo anteriormente citado es la parte que menos nos gusta pero que, queramos o no, es una parte importante. Esa parte, sin la cual, no podríamos celebrar nuestra boda.
Tanto si decidimos prescindir de algunos extras, perfectamente prescindibles, como si estamos dispuestos a contratar todo lo que deseemos que esté incluido en la celebración de este día tan especial en nuestras vidas, una cosa está clara, necesitamos dinero.
Según sea el coste del presupuesto total y la ayuda que recibamos de nuestros progenitores y familiares, necesitaremos solicitar créditos rápidos por una cuantía más o menos grande. Y digo rápidos porque por mucho que organicemos la boda con la suficiente antelación, seguro que al final se nos echa el tiempo encima y las empresas contratadas demandarán el pago de por lo menos de una parte importante de lo presupuestado. Y, lo mismo con todo lo demás, si no tenemos dinero contante y sonante para pagar los trajes, las joyas, las flores, las invitaciones, los regalos o detalles para los invitados, mal lo tenemos.
Y, como lo último que deseamos para ese gran día es estar estresados, vamos a dar los pasos que tenemos que dar para no sufrir ningún contratiempo. Los créditos online son una fórmula rápida de obtener ese dinero que necesitamos para afrontar de forma cómoda todos los gastos que se nos presenten. Ya nos ocuparemos a la vuelta de ir pagando poquito a poco ese dinero prestado y que nos sirvió para convertir ese día en algo inolvidable.
Ese día y esa luna de miel quedará siempre en nuestro recuerdo. Es un acontecimiento en el que no caben los pesares, solo debemos ocuparnos de nuestra felicidad y de la de todos los que nos acompañan.
Con todo atado y bien atado, sobre todo la parte económica, ya no queda lugar para nada más que para disfrutar a plenitud de absolutamente todo.

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