COVID - 19. 4.- Fueron los judíos.

Serie Cuentos de Cuarentena Escribir es lo mejor que puedes hacer cuando estás en cuarentena. Dejar volar la imaginación para salir del aburrimiento cotidiano. Mezclar lo real con lo fantástico es un buen ejercicio para la mente: estimula el cerebro y las neuronas dejan de morirse por falta de uso. Éste es un resultado positivo – creo – de la cuarentena en marzo y abril de 2020. 4.- Fueron los Judíos Abraham Cohen estaba inconforme con su vida. ¡Qué raro! ¡Un judío inconforme! Había pasado varios años sin hacer algo notable y estaba desesperado. -Estoy seguro que la vida me depara algo grande – pensaba. Pero el tiempo pasaba. Su país siempre había estado en estado de guerra. De hecho, fue creado con calzador quitándole tierras a Palestina en un acuerdo con los gringos, los ingleses y los franceses. Ninguno de esos países quiso darles o venderles tierras para establecerse. El mundo se estaba tornando muy amarillo. Desde muchos años atrás se hablaba del Peligro Amarillo: la época en que los chinos dejaran de estar encerrados y voltearan para el resto del mundo. Si quisieran, con su población podían invadir el planeta, desplazando a todos los demás. Había que hacer algo. Sólo una gran enfermedad podía afectar tanto a un país como para disminuir su ritmo económico y bajarle su nivel de importancia en el contexto mundial. En su país existían los laboratorios más avanzados en muchos aspectos de la ciencia. Batalló para conseguir la ayuda que necesitaba porque los científicos a los que consultó lo tachaban de loco; incluso uno lo denunció y la policía lo estuvo interrogando. Pero él negó todo y lo dejaron en paz. Finalmente encontró a otro renegado como él. Moshé Levi era un doctor que esperaba obtener el Premio Nobel y aunque ya lo habían propuesto 3 veces, no lo ganaba. Juntos diseñaron un plan para recomponer el mundo: mezclar varios tipos de coronavirus que ya se había demostrado que atacaban a los humanos y con alto nivel de virulencia. La cuestión era cómo llevarlo hasta China sin morir en el intento. Moshé tenía un amigo chino, otro doctor que no había destacado como él quería y que estaba a disgusto con todos. No le explicó bien de qué se trataba, sólo le dijo que le enviaba un amigo con unas muestras para que las analizara. Al llegar a China, Abraham fue recibido por el Dr. Yang, quien le ayudó a pasar los trámites de la aduana. Abraham le entregó una parte de las muestras que eran algo inofensivo. Con las demás fue a un mercado de animales y distribuyó el virus en varios de ellos con cuidado. Después regresó a Israel más tranquilo. Pero la vida tiene muchas vueltas: cuando se desató la pandemia del virus modificado, primero Yang, después Levi y su propio hijo se contagiaron y murieron al no poder respirar. Abraham se volvió loco: en el psiquiátrico nadie le cree que él causó la pandemia.