Contar historias que atrapen al lector no es tan fácil como aparenta. El gran error que se comete una y otra vez por parte de los que lo intentan es adornar el texto hasta extremos inútiles e innecesarios. Contar historias de amor no es una excepción. Debemos servir al lector en primera instancia, no lucirnos ante él.
Cuando se escribe una historia con intención literaria no se debe olvidar que tenemos que darle información al lector y se la debemos entregar de la manera más eficiente posible para que este lector no cierre el libro o la página web que visita. Tú podrás querer mucho a tu texto pero un visitante de Google no tiene porqué quererlo igual, él quiere leer algo que lo entretenga, emocione o sorprenda, no ingresa a tu blog o página para alabar tu ingenio.
Dicho sea todo esto, preocúpate de contar tu historia dejando que el lector interprete los sentimientos a través de las imágenes que transmites al contar la historia, no a través de palabras rebuscadas y textos densos que distraen de la historia contada.
No se puede lograr esto si no es a través de la lectura y del tiempo. Debes descubrir por tí mismo cómo lo hacen los maestros del relato como Cortázar, Chejov, Quiroga. Analiza los textos, mira qué cuentan de primero, qué guardan para el final, cómo desvelan la historia, qué sentimientos transmiten a través de las imágenes que crean en el lector.
En referencia a la guerra entre los poetas de la experiencia y los poetas de la diferencia, decía José Manuel Benítez Ariza en el País del 23 de octubre de 2002:
"Fue un enfrentamiento muy tonto y de escasa relevancia estética. Su momento álgido coincidió con el cambio de partido en el poder, y estoy...
CARTA A UN ENTRAÑABLE AMIGOAmigo:Es impresionante lo que siento al sentarme en la computadora y escribir algo. Es como si, se estuviera yendo parte de mí en estas letras, al pulsar cada tecla, las letras se van con las palabras y mis ideas a la computadora, las que luego viajaran a través del...
El Sant. Grial en la literatura medieval, es el cáliz sagrado que usó Jesucristo en la Última Cena y que más tarde fue buscado piadosamente por los caballeros del legendario rey Arturo. Según la tradición, el Grial lo guardó José de Arimatea, que recogió en él la sangre de Cristo crucificado. El cáliz...
A veces, cuando miro a mi alrededor, descubro con tristeza que me he quedado solo, lamentablemente solo en algunos de mis más sagrados usos y costumbres. Y debo llegar a la dolorosa pero inevitable conclusión de que estoy inscrito en el grupo reducido de miembros de varias sectas, casi en vías de...
Cuando veas una hermosa frase, que despechada flota en el espacio...¡Ahí estaré Yo!   ; & nbsp; &nb sp;   ; & nbsp; &nb sp;   ; Cuando veas un verbo furibundo,que dormita olvidado en el espacio...¡Ahí estaré Yo!, &nbs p; &n...
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