El césped deportivo
La disposición de un césped se fundamenta en su utilidad, su apariencia y en el caso concreto de un césped deportivo, su durabilidad durante el periodo de crecimiento.
A diferencia de un césped ornamental el césped deportivo debe ser denso, parejo y de color acorde a la belleza del paisaje, un césped deportivo tiene que suministrar una extensión de juego con las condiciones necesarias para cada deporte en particular.
Cualquiera sea su uso el césped debe cumplir por lo menos con tres características: la uniformidad (color, brillo, textura y cobertura), la permanencia (la persistencia de las condiciones de uniformidad a lo largo del periodo de crecimiento) y la adaptación (los resultados logrados por una cobertura vegetal de césped frente a desiguales condiciones agroclimáticas).
Además la calidad funcional del césped deportivo se mide por otros factores como la elasticidad, es decir la habilidad que tengan las hojas de volver a su lugar original luego de que la fuerza de comprensión es depuesta y la capacidad de recuperación o sea la capacidad del césped para restablecerse o repele de los deterioros originados por diferentes circunstancias propias del deporte que en él se desempeñe.
Uno de los temas centrales en las instalaciones deportivas y en la gestión del deporte es la creación de campos de césped natural y artificial. En la actualidad el césped artificial ha sido el más utilizado para la construcción de campos deportivos, especialmente en el fútbol, gracias a su mayor duración, los bajos costos de mantenimiento y el hecho de que pueden en cualquier momento los deportistas podrán practicar su deporte favorito.
Con esto nos referimos entonces a que gracias al césped deportivo artificial los deportistas podrán disfrutar de su actividad más a menudo y, sobre todo, en difíciles condiciones climáticas, que normalmente imposibilitan el juego en un césped natural. Además posee una superficie lisa y sin alteraciones evitando de esta forma lesiones a los deportistas y mayor bote del balón.
Este césped deportivo artificial ofrece incontables ventajas técnicas y ecológicas y es una excelente inversión por la capacidad de aguante y repelencia al deterioro a mediano y largo plazo. Permitiendo disponer del terreno de juego para la práctica, por ejemplo del fútbol en cualquier época del año y su mayor duración respecto al césped natural en condiciones adversas.
Sin embargo, dependiendo del uso y los factores externos, el césped deportivo puede llegar a degradarse, como material, en menos de seis años por falta de mantenimiento, dilapidando sus propiedades deportivas mucho antes. Es posible afirmar que un incorrecto o nulo mantenimiento causaría carencias en el juego y dificultades físicas o sobreesfuerzos en los deportistas, sumándose a esto el hecho de que el material sufriría una rápida degradación.
Los bajos costos de mantenimiento no se traducen en que el campo se conserve igual sin ellos, o que no sea necesario presupuestar los gastos que esto supone. Pero, se suponen que los costos relacionados encarnan cerca de una décima parte de los de un campo de hierba natural. Un trabajo de mantenimiento adecuado garantiza la calidad del campo y una máxima longevidad, convirtiendo el costo en una inversión.

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