Un matrimonio sí puede recuperar una plena vida sexual
Para recuperar una plena vida sexual en el matrimonio lo primero es analizar si no existen otros problemas de fondo que sean mucho más graves como son rencores ocultos por malas y graves acciones por parte de alguno de ellos, agresiones físicas reiteradas o una infidelidad matrimonial demostrada. En esos casos es bastante improbable esa recuperación.
Pero si no existe nada en el trasfondo y se trata de una pareja normal y corriente con muy pocas o ninguna desabrida relación sexual y ambos desean recuperar la vida erótica en común como en los mejores momentos, existen simples procedimientos para utilizarlos y lograrlo.
Tomando la iniciativa
Cuando es tiempo de cambiar, el cambio debe surgir de un miembro de la pareja. Se deben evitar los argumentos justificativos como el agotamiento físico y del tiempo desperdiciado con las distracciones inútiles como son las horas frente a las pantallas; además, en ciertos días se debe limitar el exceso de trabajo todo lo posible pues existen labores capaces de postergarse de vez en cuando sin que acontezca un verdadero desastre. En vez de desperdiciar el tiempo en cosas banales, se debe hacer algo mentalmente estimulante por la pareja como decirle lo atractivo/a que está ese día, preguntarle cómo se encuentra y sobretodo, escucharla con sincera atención. Dar el primer paso es lo menos fácil, pero quien logra romper la rutina, su pareja, seguro reaccionará mejor de lo esperado, aunque al principio se le note con algo de extrañeza.
Tiempo para estar a solas
No debe haber equivocaciones en cuanto a desplazar a un segundo plano las relaciones sexuales con la excusa de que se tienen hijos. En la vida laboral hay que cumplir, a los niños hay que darles su atención y realizar las labores domésticas, así que cuando hay un espacio para tener relaciones sexuales, la pareja se encuentra tan agotada, que probablemente piensen dejarlo para el otro día, total, pues eso no es una de las obligaciones cotidianas. Los recién nacidos y los niños de poca edad en esa actualidad y en ese futuro, normalmente consumen mucho tiempo sin contar el dedicado a las enfermedades infantiles de poca monta y dejan poco margen para que los padres continúen emocionalmente vinculados entre sí, excepto cuando se trata de esos queridos pequeños.
Pero se pudiera contar con familiares convivientes para atender a los pequeños de vez en cuando; y ese espacio de tiempo libre es algo importante para mantener estimuladas las relaciones maritales. Si no se puede disponer de ellos, se pudiera invertir algún dinero en una cuidadora con experiencia, aunque sea por una vez por semana y disfrutar una noche con tiempo suficiente para mantener una relación sexual estimulante, creativa y viva, no permitiendo que se consuma lentamente hasta lo irremediable.
¿En definitiva no hay hombres y mujeres casados y con hijos que encuentran su tiempo libre para mantener relaciones sexuales de ocasión o hasta con cierta estabilidad con terceras personas? Pues es más seguro, económico y recomendable dedicar ese tiempo en disfrutar al máximo con la propia pareja.
No rebuscar fuera del matrimonio
Nuestra cultura actual ofrece amplias oportunidades de mirar más allá de la pareja en busca de una efímera satisfacción sexual donde se encuentran los infinitos videos de porno duro donde de paso se pueden aprender nuevas variantes para ayudar a renovar una relación sexual cansina de posiciones monótonas. Se debe dar de lado esta falsa realidad de pasión prefabricada y llevarla de vuelta a la pareja y en todo caso para compartirlos juntos porque ¿a quién no le gusta estimular intensamente sus deseos sexuales comenzando por utilizar la vista y el oído?
Para ello es necesario el deseo sincero de recuperar y mantener una relación sexual conyugal sana y al mismo tiempo llena de picantes incentivos. El primer paso es obvio y es intentar es coger un nuevo camino para ambos.
La pasión se edifica con hechos
Existe una correlación entre nuestras acciones y un deseo sexual muy grande, pues existe un enlace directo. Cuando un cónyuge ayuda a disminuir la tensión nerviosa del otro, se crean más probabilidades de activar de nuevo el deseo sexual. Si es el esposo es quien está tenso e irritable y la mujer le ofrece un agradable masaje con una crema perfumada en la espalda extendido a otras regiones con el fin de relajarlo ¿no lo agradecerá y reciprocará? Cuando una mujer se encuentra estresada y agotada por estar lidiando muchas horas con los niños, si el marido los lleva al parque más cercano en un suave atardecer y le da tiempo para que ella se sienta bien, a la vuelta estará más receptiva.
En la incitación sexual los hombres se estimulan más visualmente, mientras que las mujeres se sienten más motivadas a nivel mental. Por eso siempre es bueno que la esposa aprenda a hacer cortos de desnudos para su aburrida pareja sexual con movimientos lujuriosos e insinuantes. Por otra parte, muchas veces se oye a una mujer decir que le gusta que la hagan reír pues hacerla carcajear es sinónimo de reducir su estrés, estimular su mente y entonces es más fácil abrir la puerta a la mayor intimidad. Por eso el hombre, ¿y por qué no la mujer?, debe aprenderse y renovar constantemente una gran cantidad de cuentos pornográfico motivadores de buenas risas. Así una mujer que sonríe a su marido, le estará dando una atractiva señal que se puede transformar rápidamente en deseo sexual.
Cuando surgen problemas, jamás pelear ni recriminar agriamente a la pareja pues aquí surgen los rencores. Es el momento donde ambas partes tienen que optar por ser comprensivos y entender lo que el otro requiere pues la buena y amable comunicación y el buen humor trae comprensión y feliz entendimiento, base de una buenísima relación sexual.
Un final feliz
El sexo es necesario a los seres humanos en las edades reproductivas y aun después de ella y no ha de ser considerado como algo prohibido o pecaminoso. El objetivo de un matrimonio feliz y estable son el amor, la superación profesional, la comprensión, la prosperidad económica, la intimidad, los objetivos y metas comunes y las relaciones sexuales, con el fin de edificar un vínculo común. El amor y la pasión sexual, aunque en realidad son cosas muy diferentes pueden confundirse, porque el amor se acompaña del deseo sexual en una pareja. El rechazo en el segundo aspecto, si no ha sido verdaderamente acordada a partes iguales, puede dar lugar a un enorme resentimiento y a sospechas mutuas entre las dos partes, sobre todo si uno de ellos se siente burlado y poco atendido dentro de una ficticia relación sana. Tal animadversión puede dar lugar a todo tipo de problemas subterráneos que podrían crear una gran incomunicación, insatisfacción y alejamiento emocional, pudiendo incluso desembocar en un lamentable divorcio, o peor, en una infidelidad.

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