Los grandes de América: Relaciones Brasil - EE.UU.
Los grandes de América: Relaciones Brasil - EE.UU.
Por: Alfa Citlalli Gutiérrez Hernández y Casandra Gutiérrez Martínez.
Los grandes cambios en las políticas públicas de Brasil se han visto reflejados en su rápida e importante inclusión en el marco internacional, resaltando principalmente su presencia económica a lo largo y ancho de mundo. En este contexto, las relaciones de éste país con los Estados Unidos se han transformado lenta pero sólidamente de tal forma que, después de décadas de disputas respecto a la intromisión de Estados Unidos en América del Sur, área de influencia brasileña, la agenda geopolítica de ambos países ha empezado a mostrar ciertas coincidencias.
Durante la última década se dio un cierto alejamiento por parte de Brasil hacia Estados Unidos lo cual, aunque parecía no importar demasiado, podía llegar a ser bastante delicado. En 2002, el presidente Bush estaba interesado por impulsar la iniciativa del Área de Libre Comercio de las Américas (ALCA), lo que significaría una extensión del TLCAN y de su influencia comercial dentro de Latinoamérica, sin embargo, Brasil no se mostró cooperativo. Para el país sudamericano, participar de la propuesta de Washington significaba una limitación tanto económica como política y aunque el proyecto fracasó por diversas razones, la negativa de Brasil ayudó a enfriar las relaciones con Norteamérica. Por otro lado, las divergencias en varios temas como la guerra de Irak, misma que ha sido abiertamente criticada por el Presidente Lula, han hecho su parte por tensionar un poco la situación, no obstante ambos países saben que a pesar de las diferencias, es conveniente para ambos mantener una correspondencia pacífica y lo más cooperativa posible.
Entre los temas que han cobrado relevancia en la actualidad y que pueden convertirse en la base para una relación más cercana entre ambos países destacan la nueva agenda de seguridad mundial (fundamentada principalmente a partir de los atentados terroristas del 11 de Septiembre de 2001), la estabilidad política sudamericana, la energía, la innovación y los servicios. De acuerdo con Sennes (2009), la estabilidad política de la región es de urgente interés, sobre todo por las cuestiones referentes a la situación de Colombia, el problema que representa Chávez, la crisis bolivariana y el golpe de Estado en Honduras. Tanto una como otra problemática son para Brasil y para el gobierno de la Casa Blanca de vital importancia e inaplazable solución, lo cual los acerca de cierta manera en un destino común, al menos en lo que respecta a sus intereses dentro de América Latina.
De esta manera, la consolidación de una alianza entre ambos países (líderes en su región), representaría para los Estados Unidos la ventaja de tener un socio estratégico capaz de aislar a Venezuela y a los países que siguen la política anti imperialista de Chávez en Sudamérica, especialmente Bolivia. Además, si tomamos en cuenta la geopolítica de la región y el hecho de que Colombia ha cedido ante los intereses de Estados Unidos de establecer bases militares dentro de su territorio, al contar con Brasil como aliado, intrínsecamente se estaría estableciendo un cerco a los intereses del dirigente venezolano dentro del cono sur. En relación a ello, Brasil ha comenzado a comprar armamento como estrategia de defensa pero, para desgracia de la hegemonía norteamericana, Lula parece bastante interesado en las variadas opciones internacionales y viendo más allá de lo que EE.UU. puede ofrecerle, ha encontrado sumamente ventajoso diversificar sus mercados y pactar con Francia la compra y el desarrollo de tecnología militar dentro de su país, situación que implica cierto alejamiento de la Casa Blanca. Esto significa tanto una reconfiguración en la política exterior del país sudamericano así como un rechazo a las presiones del norte encontrando de esta manera una alternativa que ayudará a terminar con la dependencia. (Petras, 2009).
Por otro lado, Brasil también ha tenido grandes avances en la exploración y en la producción de combustibles fósiles de manera notable en los últimos años, en particular en aguas ultra profundas (Sennes, 2009); situación que llevaría a Estados Unidos a buscar establecer estrategias alternativas de fuentes de energía que le permitan reducir su dependencia de petróleo proveniente principalmente de Medio Oriente. Asimismo, a raíz de la popularidad que han cobrado los biocombustibles, ambos países se han enfrascado en una lucha por convertirse en el principal productor de etanol a nivel mundial, sin embargo, Brasil lleva la delantera al contar con 80 millones de hectáreas amazónicas que podrían llegar (Zibechi, 2007) a transformarse en la Arabia Saudita del biodiesel. Ante esta situación, se podría estar llevando a cabo una alianza estratégica en materia energética cuyo impacto tendrá que medirse forzosamente en términos ambientales y sociales, ya que la destrucción del Amazonas representaría la pérdida del pulmón más grande del planeta y, al mismo tiempo, la ruina para miles de campesinos que habitan la selva. De concretarse esta alianza, ambos países estarían acaparando el mercado mundial de biocombustibles a costa de arrasar con la reserva de oxígeno más grande del mundo bajo el pretexto de producir combustibles que sean más agradables para el medio ambiente.
A manera de conclusión, podemos mencionar que el que Estados Unidos haya posado sus ojos en el sur, se debe principalmente a que busca establecer alianzas de una manera que le permitan preservar su estatus quo como poder hegemónico a lo largo y ancho del continente. Por lo tanto, lo que aún sigue siendo el “patio trasero” de Washington, puede llegar a convertirse en el mesías que lo salve de la crisis energética y el declive global que está experimentando de manera acelerada a partir de la última década, así que Brasil ya no toma el típico papel de país débil y dependiente, sino que surge como una potencia latinoamericana inteligente y capaz de usar este nuevo papel en pro de su desarrollo explotando tanto sus recursos como su posición geográfica. El tiempo determinará el rumbo que tomarán las relaciones de estos dos países, pero por los acontecimientos recientes una cosa es segura: a pesar de los problemas pasados, las condiciones de acercamiento son cada vez más equitativas y convenientes para ambos.
Bibliografía:
- s.a. (septiembre, 2009). Petras: Brasil margina sus relaciones militares con los Estados Unidos [entrevista]. Radio Centenario. Disponible en: http://www.radio36.com.uy/entrevistas/2009/09/08/petras.html
- Sennes, Ricardo. (2009). Las relaciones Brasil-Estados Unidos: un acuerdo tácito. Foreign Affairs Latinoamérica. ITAM. Disponible en: http://fal.itam.mx/FAE/?p=58
- Zibechi, Raúl. (Marzo 6, 2007). Estados Unidos y Brasil: la nueva alianza etanol. Programa de las Américas. Disponible en: http://www.ircamericas.org/esp/4047






































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