Causes de Divorcio
No es lo mismo hablar de las causas de divorcio que hablar de las causales de divorcio. Cuando se habla de las causas de divorcio se habla de una realidad mucho más amplia que las denominadas causales de divorcio. Es importante aclarar que significan cada una de ellas para que las personas no se confundan al hablar con abogados o con personas que se encuentran llevando a cabo los trámites y vueltas que implica llevar a cabo cualquier divorcio de una pareja.
Las causas de divorcio son todos aquellos detonantes, hechos, supuestos, problemas que hacen que las personas elijan llevar a cabo su divorcio, sea por que las dos quieren o por que sólo uno de ellos tiene la intención de divorciarse. En este contexto, las causas de divorcio pueden estar o no estar dentro de las causales que estipulan las leyes para divorciarse.
Las causales de divorcio son todos aquellos supuestos de hecho que contemplan las leyes sobre el divorcio como condicionantes para que se pueda hacer una solicitud de divorcio ante la ley por cualquier pareja, sea que ambos convengan en la intención de divorciarse o que sólo una de ellas tenga una causa de divorcio que este amparada por la ley como causal de divorcio. Es por ello que las causales de divorcio son diferentes de las causas de divorcio, pues la ley no contempla todas las razones y hechos que pueden llevar a una persona a querer divorciarse de su esposo, sino que contempla tan solo algunas que se encuentran permitidas a las personas para que los trámites de divorcio tengan efectos frente a la ley.
Para poner ejemplos de ambas, diremos que un ejemplo de una causa de divorcio que no es una causal de divorcio es el hecho de que una de las partes de la pareja tenga un ronquido muy fuerte. Este hecho para una mujer puede ser tan fuerte que para ella sea una causa para querer divorciarse. Sin embargo, la ley no va a permitir solicitar un divorcio a cualquier con el simple argumento de que no se aguanta los ronquidos de otra persona. En este caso la ley protege a la familia como núcleo de la sociedad y por ello no acepta causas fútiles para poder efectuar el divorcio.
Un ejemplo de causal de divorcio que puede ser o no ser una causa del divorcio es el alcoholismo prolongado de alguno de los compañeros de la pareja. Es posible que cuando el marido por ejemplo se embriaga muy habitualmente, al punto de que afecta la relación matrimonial, la pareja inconforme alegue este hecho como una casual del divorcio. En este caso la causa del divorcio concuerda con la casual de divorcio que establece la ley.
A pesar de que sólo las causales de divorcio y no las causas de divorcio son las que tienen verdaderos efectos frente a la ley, es importante poner atención a éstas últimas, pues muchas parejas pueden terminar una buena relación por una causa de divorcio que no es tan fuerte, de la cual una relación exitosa se podría salvar.
Las causas de divorcio por lo general son el área profesional de los terapeutas y psicólogos especializados en las relaciones de pareja y matrimonios. Son ellos quienes deben sondear en los motivos y detonantes que hacen que la pareja sea infeliz y que por ello tengan la intención de divorciarse.

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