El Divorcio
El matrimonio es una de las tradiciones más antiguas de la historia de la humanidad. Desde hace milenios los seres humanos hemos tenido la tendencia a conseguir pareja y permanecer con ella durante el resto de la vida. Sólo después, debido a la influencia del cristianismo se impuso el matrimonio monógamo en la mayoría de las sociedades del mundo. El matrimonio monógamo que trajo la iglesia católica y, en general, el cristianismo se supone que es una unión “por toda la vida hasta que la muerte los separe”. Es decir, en este matrimonio no se permitía el divorcio. El hecho de no permitir el divorcio en el matrimonio católico trajo muchos problemas para la sociedad.
Debido a que hubo muchos problemas por la imposibilidad del divorcio que implicaba el matrimonio católico, la sociedad ha tenido que buscar soluciones para evitar todo este tipo de problemas. Los problemas que trae la ausencia de divorcio es nada más y nada menos que estar obligado a convivir con una persona a la que ya no podemos soportar. Situación que muchas veces en lugar de traer los fines deseables de amor, tolerancia y ayuda que implica el matrimonio, lo único que trae es malestar y dificultades para las personas que están casadas y ven la imposibilidad de divorcio.
La solución que trae la sociedad de los días de hoy es simple: Permitir a las personas efectuar el divorcio bajo causales reguladas y justificadas. Con la autorización en la sociedad del divorcio se han arreglado muchos problemas de convivencia e injusticias sociales que traían mucho daño a las personas. La solución que tomó la sociedad fue la dividir el matrimonio en dos clases: El matrimonio religioso y el matrimonio civil. En el primero de ellos no hay divorcio, en el segundo de ellos se permite el divorcio.
Los matrimonios de hoy en día que se celebran tienen entonces estas dos facetas: la parte civil y la parte religiosa. Cada una de ellas puede celebrarse por aparte. Así, es posible que haya a la vez matrimonio civil y religioso, que haya sólo matrimonio civil o que haya primero matrimonio civil y después se de el matrimonio religioso. También puede haber matrimonio religioso sin uno religioso cuando una persona hace un divorcio por el lado civil de un matrimonio religioso. En todos los casos siempre es posible el divorcio del matrimonio civil, más no del religioso.
La razón por la cual es permitido el divorcio en el matrimonio civil es porque la unión de pareja esta fundamentada en la voluntad de dos personas, cada una de las cuales es autónoma. Cuando estas dos personas muestran voluntad de divorcio, las cosas se pueden deshacer de la misma forma como comenzaron: Con su propia voluntad de separarse.
Ahora bien, el matrimonio también es un vinculo entre dos personas que genera obligaciones. Hay ocasiones en que sólo una de las personas que hace parte del matrimonio tiene la voluntad de divorciarse. Siempre que la voluntad de divorciarse de uno sólo no se fundamente en alguna falta grave de la otra persona que demuestre una imposibilidad o falta grave contra los deberes que implica el matrimonio, no es posible efectuar el divorcio por la voluntad de uno solo.
Diferente es si una de las personas que hacen parte del matrimonio comete faltas graves o no puede cumplir con sus compromisos como persona casada. En ese caso si es posible que la voluntad de uno sólo de los casados sea suficiente para efectuar el divorcio. Como vemos, el divorcio puede ser una institución bastante útil para la sociedad y por ello se ha dejado el arcaico concepto de la “unión hasta que la muerte los separe”.

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