Cómo organizo mi jornada de teletrabajo sin volverme loco
Si llevas un tiempo trabajando desde casa (o estás empezando), seguro que ya te diste cuenta: tener libertad no siempre es sinónimo de tener control. Cuando empecé a teletrabajar, me sentía como un niño suelto en una tienda de chuches. No había horarios, no había jefe respirándome en la nuca… y tampoco había estructura. Resultado: días eternos, otros en los que no hacía nada útil, y una sensación constante de estar improvisando.
Spoiler: eso no funciona.
Hoy te cuento cómo organizo mi jornada de teletrabajo para no volverme loco. No es la fórmula mágica, pero a mí me ha funcionado.
6 puntos clave para mejorar tu productividad al teletrabajar
1. Empiezo el día como si fuera a salir de casa
No, no me pongo traje. Pero sí me ducho, me cambio de ropa (nada de pijama all day), y desayuno tranquilo antes de sentarme frente al portátil. Esto me cambia el chip. Siento que empieza el “modo trabajo”, aunque esté a tres pasos de mi cama.
2. Uso bloques de tiempo (y no dejo todo al azar)
Divido mi día en bloques:
-
Bloque de enfoque: las 2-3 primeras horas del día son sagradas. Sin mails, sin móvil, sin interrupciones. Aquí hago lo más importante.
-
Bloques de tareas ligeras: contestar correos, hacer llamadas, revisar pendientes.
-
Bloque creativo (opcional): para escribir, idear, planear… cuando necesito fluir un poco más.
Me pongo alarmas o uso técnicas tipo Pomodoro para no pasarme de rosca.
3. Planifico la noche anterior
Antes de cerrar el día, dejo escrito lo que quiero hacer al día siguiente. No un “a ver qué surge”, sino una lista clara de 3 a 5 cosas que quiero terminar. Así no pierdo tiempo por la mañana preguntándome por dónde empezar.
4. Me doy descansos... y no me siento culpable por ello
Salgo a caminar, preparo un café, estiro, me tumbo un rato si hace falta. No somos robots. Aprendí que descansar bien = rendir mejor. El truco está en poner el descanso dentro de la jornada, no como premio cuando ya estás reventado.
5. Tengo una hora para apagar todo
Esto fue clave para mi salud mental: tener una hora límite. En mi caso, a las 18:00 cierro el portátil. A veces me cuesta, pero si no pongo freno, el día se alarga y termino trabajando sin darme cuenta. Lo aprendí por las malas, créeme.
6. Me doy permiso para improvisar (pero con control)
No todos los días son iguales, y eso está bien. Si un día me siento más creativo por la tarde, ajusto. Si tengo una mañana mala, compenso luego. Lo importante es no caer en el caos. Ser flexible sin perder el rumbo.
Consejos finales
Organizarse no es llenarse de reglas, sino crear un marco que te dé libertad sin volverte loco. A mí me ha llevado tiempo encontrar mi sistema, y todavía lo voy ajustando. Pero si algo te puedo asegurar es que tener estructura, aunque sea mínima, cambia por completo tu experiencia como teletrabajador.

Trabajador desde casa. Comparto mis opiniones en teletrabajamejor.com





































Registro automático