Los Idola de Francisco Bacon y la Vida Espiritual
En la historia de la Ciencia hay una gran galería de nombres famosos por sus estudios y aportes al conocimiento humano. Uno de esos tantos es Francisco Bacon (1561-1626). Canciller de Inglaterra y Barón de Verulamio. En su obra más conocida Novum Organum , presenta algunos de los principales peligros que acechan al investigador en su búsqueda de la verdad; él los llamó los Idola ( Idolos), en términos sencillos, son obstáculos para adquirir el conocimiento correcto.
A continuación repasamos brevemente cada uno de ellos, aplicándolos a la vida espiritual.
Prejuicios de la naturaleza humana
- Bacon señala que todo individuo sufre de lo que él llamó los Idola Tribus, es decir que por tener la naturaleza humana mostramos prejuicios propios de nuestra especie.
Creemos que todo lo que sucede o hay en el universo sigue la misma conducta y hábitos de los seres humanos. Los Evangelios nos muestran esta realidad en varios pasajes.
Recordemos el conocido incidente registrado en Lucas 20: 27-40; Mateo 22:23-33; Marcos 12:18:27.
Cuando los saduceos le preguntan a Jesús sobre la resurrección y presentan el caso de la mujer que fue esposa de los siete hermanos.
&ldqu o;En la resurrección, pues ¿de cuál de ellos será mujer, ya que los siete la tuvieron por mujer?”
La pregunta de los saduceos manifiesta este tipo de prejuicio, creer que en el Reino de los Cielos las cosas se dan como en la tierra, y una de ellas es la existencia de la práctica conyugal o matrimonial. Por naturaleza tendemos a imaginar que lo que se da en el Cielo es igual a lo que hacemos los humanos en la Tierra. Esto es común cuando pensamos que los fenómenos de amor, odio, enojo ,arrepentimiento, descanso, dolor que experimentamos los hijos de Adán son de igual calidad y forma en los seres celestiales en declaraciones como:
Génesis 6:6 “ Y se arrepintió Jehová de haber hecho hombre en la tierra , y le dolió en su corazón “
I Samuel 15: 35 “ … y Jehová se arrepentía de haber de puesto a Saúl por rey sobre Israel “. No debemos pretender que el arrepentimiento atribuido a Dios es de igual naturaleza, magnitud y forma que el arrepentimiento que experimentamos los seres humanos. Generalmente nuestro arrepentimiento procede de una mala conducta o un hecho erróneo; pero no es correcto pensar que Dios se arrepiente por hechos incorrectos que realizó.
Prejuicios Individuales ( Francisco Bacon los llamó los Idola Specus)
Además de padecer de los prejuicios propios del género humano, cada persona sufre de los prejuicios inherentes a su personalidad, carácter, sentimientos o pasiones. Cada cristiano tiene en su ser una serie de actitudes o ideas, que son un impedimento para adquirir el conocimiento real y pleno de las verdades doctrinales y espirituales.
Recordemos al “ Joven rico’ (Mateo 19:16-30; Lucas 18:18-23), él creía haber guardado toda la Ley. También está el fariseo que se consideraba justo (Lucas 18: 10-14).
El popular y extrovertido Pedro, junto con los otros discípulos (Marcos 14: 29- 31) estaban seguros de su fe en Cristo, estaban seguros de no negarlo nunca. Felipe era lento para aprender Juan 14: 8-10). Tomás era de naturaleza incrédula (Juan 20:24-25).
Juan y Jacobo tenían un carácter vengativo (Lucas 9: 52-56) Como personas, los cristianos no estamos exentos de fobias, nacionalismos, racismo, deseos, traumas, tendencias depresivas etc. Estas son barreras que nos impiden alcanzar y obtener la madurez y esencia del significado de la vida cristiana. No importante tenerlo presente en lucha de la carrera por el perfeccionamiento del carácter del cristiano. Este tipo de prejuicio es de carácter individual, es frecuentemente oculto, o está disimulado. No somos conscientes de que este prejuicio nubla nuestra visión de lo espiritual
Prejuicios que proceden del uso del Lenguaje (los Idola Fori)
Indudablemente que nuestro uso del lenguaje provoca una gran cantidad de errores o dificultades, en los pasajes bíblicos que registran el ministerio terrenal de Jesús nos dan evidencia de cómo el Maestro luchó para derribar estos prejuicios. Muestra de esto es el diálogo entre Nicodemo y Jesús. (Juan 3; 3-11). El fariseo no interpretó correctamente el sentido espiritual de la expresión “volver a nacer”. El mismo prejuicio originado en una inadecuada interpretación de lenguaje lo manifestaron los discípulos en la ocasión del encuentro de Cristo con la Mujer Samaritana ( Juan 4:27-34) , al decir el Maestro “ Yo tengo una comida que comer”, los discípulos no asignan el significado adecuado a las palabras de Cristo. Otro caso se da cuando el Seño declaró “ Destruid este templo y en tres días lo levantaré” ( Juan 2:19). No es difícil reconocer que en gran medida los problemas , personales, familiares, sociales, en la Iglesia, y por supuesto, teológicos; tienen su origen en interpretaciones del lenguaje, prueba de ellos es la diversidad de doctrinas y denominaciones llamadas cristianas que existen en el mundo del cristianismo; y casi todas ellas originadas en la lectura incorrecta de la misma Biblia. Y en lo social, son innumerables los conflictos cotidianos que nacen en el mal uso del medio más versátil de comunicación humana.
Prejuicios que padecemos por nuestra (teoría, religión, educación, raza, nación , filosofía, etc.) Los Idola theatri
Sin lugar a dudas, el gran Maestro vino para combatir este arraigado tipo de prejuicio en los judíos, muchos son los episodios donde Jesús ataca y condena este mal. Para el pueblo de Israel -el pueblo escogido-, los de otras naciones, los llamados gentiles, eran inferiores, y despreciados ( Es evidente la actitud de asombro de la mujer samaritana cuando Jesús , un judío, le pide a ella un favor Juan 4:9). Entre ellos mismos había prejuicios, la pugna entre fariseos, publicanos y saduceos no es desconocida por el estudioso de las Escrituras Hechos 28:29). Cristo combatió los prejuicios doctrinales que hacían del día de reposo una carga para el pueblo. De igual manera se opuso y criticó la ignorancia de los dirigentes religiosos, quienes tenían la mente nublada por sus propias tradiciones teológicas, y no podían discernir las realidades espirituales del Reino de Dios. El cristiano no es ajeno a estas circunstancias; ¡Cuántas veces creemos que nuestra religión, filosofía, país, familia, doctrina política o posición social es mejor que otra!, y eso nos hace sentir superiores a los demás El libro de Apocalipsis señala con mucho patetismo el prejuicio de los idola theatri en la impactante declaración:
“Porque tú dices: Yo soy rico y me he enriquecido, y de ninguna cosa tengo necesidad; y no sabes que tú eres un desventurado, miserable, pobre, ciego y desnudo” ( Apocalipsis 3: 17)
Los párrafos anteriores sirven de base para considerar el ministerio terrenal de Cristo como una gran campaña contra los diversos prejuicios que sufrían sus seguidores, los religiosos, las personas y el mismo pueblo de su época. Pero bien se puede afirmar que esto no es cosa del pasado: es parte del ser humano, y por ende de los cristianos de todos los tiempos.
Podemos decir que tenemos muchos años de haber conocido al Señor, pero nuestro conocimiento es parcial o inexacto porque obstáculos como los repasados anteriormente, entorpecen y atrasan el crecimiento espiritual que deseamos o pretendemos tener.
Dr. Manuel Wong López
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