Valor humanístico de la enfermería
Valor humanístico de la enfermería
Década tras década, la enfermería se ha hecho más sensible a la aplicación de las necesidades humanas en el campo de los cuidados de salud y ha logrado de esta manera más creatividad en la satisfacción de estas necesidades, así como más objetividad en el análisis de sus esfuerzos y metas profesionales. La enfermería es una profesión dinámica y la práctica de esta ocupación se encuentra en constante cambio.
La suposición de que la enfermería es un arte innato a cualquier mujer, ha obstaculizado el desarrollo de un concepto de enfermería como profesión a lo largo de los años. Actualmente cuenta con un conjunto organizado de conocimientos y requiere habilidades especializadas propias.
La enfermería de hoy, de nuestros días implica cualidades muy especiales. Requiere crear y construir permanentemente una profesión en constante evolución. Precisa de fuerza psíquica para mantenerse frente al dolor de otros. Imaginación crítica para adaptar a la organización de los servicios de salud un entorno favorecedor del cuidado de las personas. Demanda por tanto, de una preparación y un talento científico, técnico y humano para enseñar y para ayudar a suplir las necesidades de cuidado de cada individuo como ser único e incorporado a su entorno, la familia y la comunidad.
En los últimos años, la enfermería profesional ha avanzado con decisión para convertirse en una disciplina científica, ha comenzado a crear y a someter a prueba sus propias bases teóricas. A fomentar el desarrollo académico de las personas que ejercen en el ámbito profesional y a aplicar su propia teoría a la práctica valiéndose de ésta para enriquecer aquella. Si bien, los progresos realizados para alcanzar el control sistematizado de su propia experiencia han sido lentos y aún no se ha logrado de forma definitiva, ha empezado a surgir una imagen clara de desarrollo científico que esta profesión debe alcanzar.
La enfermería es una profesión que tiene como base la atención al hombre sano o enfermo, la familia y la comunidad como unidad den entorno biosocial y biopsíquico, lo que conlleva la relación del saber científico y la práctica, dirigidos a estos aspectos. Como parte de las ciencias médicas se apoya en diferentes leyes de la naturaleza y la sociedad, para satisfacer las necesidades básicas de salud del ser humano como ente individual y como ser que social, lo que se considera su objeto de estudio. Su carácter científico se basa en la lógica y su método científico de trabajo, el proceso de atención de enfermería.
El proceso de atención de enfermería es el método que aplica la base teórica al ejercicio de la profesión y que sirve de guía para el trabajo práctico. Se trata pues, de una relación interpersonal en las que las actuaciones de cada uno (enfermera-paciente) tienen una repercusión sobre el otro, de manera que quien presta los cuidados es capaz de apoyar al otro en su proceso de aceptación de los problemas derivados de su situación.
En el transcurso de esta relación, el profesional de enfermería debe orientar al paciente, valorar sus necesidades tanto físicas, psíquicas como sociales, asegurar la satisfacción de sus necesidades y ayudarle a encontrar un significado a su nuevo estado.
Asimismo debe facilitar al enfermo la libre expresión de sus sentimientos y dudas para que este disipe sus temores a ser rechazado o simplemente sentirse observado.
la relación de ayuda es una característica básica de la atención de enfermería e imprescindible para la prestación de unos cuidados eficaces y de calidad. Sin embargo, no es tan sólo la interpretación de las necesidades inmediatas del paciente y la prestación de ayuda, la profesión se nutre de otras ciencias y acumula habilidades, experiencias e información alrededor del trabajo en cualquier medio, especialmente en la comunidad, lo que la convierte en un ente transformador y útil dentro del grupo de trabajo.
Por otra parte, la creciente utilización del método científico permite y obliga a la vez a reconsiderar los principios éticos en cada una de las etapas del proceso de atención de enfermería en cuanto al valor de la intimidad de la persona como ser único.
Así pues, el personal de enfermería debe afrontar sus funciones de ayuda bajo una perspectiva humanística: Guiar al paciente en su proceso de comunicación de sentimientos y emociones. Transmitirle la información necesaria y proporcionar respuestas concretas. Favorecer la expresión de la ansiedad y la angustia del enfermo, ayudándole a identificar el problema. Hacer consciente al enfermo en la resolución de problemas y en el alcance de sus logros. Facilitar al enfermo la búsqueda de nuevos enfoques para afrontar contrariedades a través de la empatía, respeto cálido, autenticidad, inmediatez y la escucha activa. Tratar a los pacientes como personas únicas, sin dejarse influir por etiquetas o esteriotipos. Distanciar sentimientos de simpatía o antipatía que puedan suscitarse. Compensar la falta de relaciones humanas del enfermo ejerciendo el rol de amigo o de familiar que le comprende y escucha, siempre manteniendo la distancia terapéutica que conlleva ser un profesional.
La visión que debe tener el equipo de salud, en el que se encuentra la enfermera, hacia el enfermo debe ir dirigida hacia el respeto a su dignidad como persona humana, a sus creencias y valores, por sus características de individualidad y complejidad que lo hacen responder de forma impredecible a las circunstancias de la vida.
En el supuesto de un enfermo terminal la humanística de la profesión va más allá, se hace necesario que la enfermera asuma una actitud madura, empática, manifestada a través de la compasión por el sufrimiento de este enfermo, ponerse en su lugar ante el temor a la muerte como un hecho desconocido del que se siente débil y vulnerable. El cuidado al enfermo terminal requiere que el equipo de salud y sus allegados lo traten hasta el final con respeto, amor y empatía, por lo tanto este personal requiere una formación sólida en ética para su actuación moral, lo que le permitirá identificar, analizar y reflexionar en forma adecuada, y decidir alternativas ante cualquier decisión en el cumplimiento de sus funciones. Es fundamental reflexionar sobre el cuidado humano que estamos ofreciendo al enfermo terminal cada uno de nosotros en los momentos actuales, ya que el cuidado como una condición humana debe constituir un imperativo moral en la atención del enfermo terminal. El personal que labora en ciencias de la salud debe aceptar que la finitud de la vida no es una desgracia, es una etapa irremediable del ser humano, y la dignidad humana debe estar presente hasta el último segundo de vida en este mundo. Es necesario, estar en concordancia con la tecnología, con la ciencia, pero sin perder la perspectiva de las otras personas, es decir la espiritualidad que la gente que está a nuestro alrededor pueda mostrar. La ciencia aplicada a beneficio del hombre e impregnada de sabiduría.
Gemma Llauradó

Gemma Llauradó Sanz





































Registro automático