El premio nobel de Barack Obama
En noviembre del 2.008 el senador Barack Obama puso de acuerdo a la mayoría de ciudadanos de su país en torno de quién debía ser el nuevo presidente de la nación más poderosa del mundo.
Un tiempo después pone de acuerdo a un buen número de analistas quienes, por diversas razones, se declaran sorprendidos con la decisión de quienes le han concedido el prestigioso galardón.
El mundo no estaba esperando una decisión de este tipo. En efecto, el propio Obama se declaró “sorprendido y profundamente honrado” en un discurso pronunciado en los jardines de la Casa Blanca, el 9 de octubre, pocas horas después de que lo despertaran para darle la singular noticia.
¿Cuál pudo ser el elemento determinante para que el Nobel se le entregara a un mandatario con solo 9 meses en el cargo y sin mayores resultados en un tema tan importante como la paz? La respuesta parece tenerla el mismo Jens Soltenberg, Primer Ministro de Noruega, país en cuya capital, Oslo, se entrega el premio los 10 de diciembre de cada año: “Lo más importante y emocionante de este premio es que se le da a alguien que tiene el poder para contribuir a la paz mundial”.
Al leer entre líneas la declaración del líder escandinavo se puede deducir que en esta ocasión no se ha hecho un reconocimiento a los logros alcanzados ni siquiera a las acciones emprendidas.
Lo que existe es la esperanza de que quien da las órdenes en la Casa Blanca tenga en cuenta su investidura como galardonado a la hora de decidir en puntos verdaderamente críticos para la paz mundial como la guerra en Afganistán, la ocupación de Irak y la reacción frente a naciones como Corea del Norte e Irán, cuyos experimentos nucleares, causan, por decir lo menos, angustia en buena parte del mundo.
Estados Unidos vive una etapa de transición que debe llevarlo a cambiar radicalmente la postura belicista y unilateralista de George W. Bush a una posición más consecuente con el liderazgo sensato, con los consensos y los intentos por reconciliar naciones tradicionalmente enfrascadas en conflictos interminables y difíciles de resolver.
El Comité noruego justificó su escogencia con una declaración impregnada de optimismo y de esperanza en un mundo en donde la paz sea más importante que la guerra: “Rara vez una persona ha capturado la atención mundial como lo ha hecho Obama y dado a su gente esperanza en un mejor mañana” y más adelante resalta que el presidente estadounidense ha creado un nuevo clima “para la política internacional, recuperando el rol de la diplomacia y el multilateralismo”.
Ojalá las esperanzas se traduzcan en realidades y el primer presidente afroamericano en la historia de su nación se convierta verdaderamente en el líder de la paz que los nuevos tiempos demandan.
Ojalá Obama encuentre el camino para salir de las guerras en que su fatal antecesor metió no solo a Estados Unidos sino a buena parte de la comunidad internacional y pueda renacer la esperanza para millones de personas afectadas por el fuego ruidoso, violento y mortífero de los cañones encendidos por el odio y por la guerra, el peor invento de la humanidad en todos los tiempos de su historia.
Alejandro Rutto Martínez es un prestigioso escritor y periodista ítalo-colombiano quien además ejerce la docencia en varias universidades. Es autor de cuatro libros sobre ética y liderazgo y figura en tres antologías de autores colombianos. Contáctelo al cel. 300 8055526 o al correo alejandrorutto@gmail.com. Lea sus escritos en MAICAO AL DÍA, página en la cual usted encontrará escritos, crónicas y piezas hermosas de la literatura colombiana.

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