Transitamos por un ciclo en el que conceptos como el ahorro adquieren una dimensión radicalmente distinta a lo que tradicionalmente conocemos.
Los mejores consejos para ahorrar se centran en la forma de optimizar eficientemente los recursos, de toda índole específicamente los recursos energéticos, alimenticios, financieros y así un largo etcétera de sobra conocido.
Pero el ahorro en el momento actual va más allá, transitamos de la cultura del Low Cost circunscrita a las agencias de viajes y los billetes de avión hacia una cultura de la eficiencia.
Los mercados de capitales sabedores de la magnitud de la crisis de deuda que subyace en las economías más damnificadas, optan por mover los capitales de un segmento a otro de forma que las rentabilidades logradas cuando menos, minimicen el impacto.
Los gobiernos y organismos de poder tienen la certeza que los efectos adversos que se suceden en el momento actual no son más que la ante sala de lo que habrá que hacer y si, ha llegado el momento de absorber las pérdidas, limpiarse las lágrimas y seguir para delante asumiendo los errores del pasado.
Las cifras de ahorro no crecen en España y es más que obvio el por qué, sociedad fragmentada en una trilogía cuando menos, curiosa compuesta por una pirámide de población desligada del a productividad que percibe ingresos estatales, una clase media que ha logrado – si bien asumiendo muchas pérdidas de poder adquisitivo- mantenerse y una clase social excluida enfrentada a la pérdida de todo aquello logrado con la impunidad y la aquiescencia de los órganos de poder en los años de la Belle Epoque.
Carolina Velasco
Consultora y Redactora
Red Finanzas Sociales