En el mundo, existen varios casos de bebes, como Brielle Garrison en Estados Unidos, que nacen sin globos oculares o con malformaciones de este tipo. Así se produce un acercamiento a las denominadas microftalmia y anoftalmia.
Esta última designa la ausencia de tejido ocular en la órbita, mientras que la microftalmia, clínicamente, es un ojo con eje axial de menos de 21mm en adultos.
Los factores de riesgo ante casos de microftalmia y anoftalmia parecen apuntar a casos en que las madres han quedado embarazadas a partir de los 40 años o por embarazos múltiples, como así también por bajo peso del bebé al nacer y edad baja de gestación. Nada indica que la microftalmia y anoftalmia pudiesen estar relacionadas con predisposiciones por raza o género.
En el caso de la niña estadounidense, los especialistas introducirán en la cuenca de sus ojos unas bolas de hidrogel para que la ausencia de globos oculares no deforme su rostro durante el desarrollo. Del mismo modo, muchos especialistas utilizan protesis oculares o cascarillas cosméticas como forma de prevenir las deformaciones estéticas, que según testimonios de pacientes y padres de niños pequeños que las usan, no presentan ningún tipo de molestia.
Los mismos niños suelen sacarse por sí mismos las cascarillas cosméticas y volvérselas a poner cuando lo desean. Por supuesto que cada año, las cascarillas cosmeticas se van modificando para que sea armonioso el crecimiento facial del paciente. Por ello es importante que durante los primeros años de vida se realicen controles períodicos a las prótesis oculares, al menos cada cuatro meses.
Luego de los seis años de edad, el crecimiento de los niños se estabiliza y por ende, las prótesis oculares tendrán una duración más prolongada.