Llegaba un verano más y con Mariana teníamos que tomar la decisión de organizar nuestras vacaciones de verano.
Luego de recorrer por varias temporadas los típicos balnearios de la Costa Atlántica Argentina, nos resistíamos a la idea de repetir esa experiencia, cansados del amontonamiento, el ruido y la rutina de playa. Queríamos algo que nos alejara de los placeres citadinos y poder disfrutar más del silencio y la tranquilidad. Como quien dice “Bajar un cambio”.
Un amigo me recomendó un lugar distinto, me aseguró que no sería una balneario más, que las playas no estaban llenas de carpas, ni había discos abiertas toda la noche.
Así que nos inclinamos por sus consejos y nos embarcamos hacia Costa Del Este , ubicado en el Partido de la Costa, entre Mar del Tuyú y San Bernardo, a un poco más de 300 Km. de Buenos Aires.
Reservamos una cabaña bien agreste a unas cuadras de la playa.
El lugar nos sorprendió muy gratamente, una gran cantidad de pinos en las calles, gente muy apacible, un pequeño centro muy bien decorado, usando piedras y madera de la zona y unos cuantos locales con lo necesario para nuestra estadía.
El complejo de cabañas estaba totalmente equipado con pileta y parillas.
Y el interior de la cabaña era tan cálido y confortable, que no daban ganas de salir de allí.
Ya en la playa pudimos disfrutar de un esplendido día. Con toda el mar para descansar, leer un poco y almorzar en un rústico parador. Tampoco nos privamos de una caminata al atardecer, de película.
Por la tarde se pudimos disfrutar de un té con tortas caseras típicas de la zona y por la noche nos deleitamos con los platos de alguno de los restaurantes del balneario.
Al día siguiente alquilamos unas bicicletas y nos fuimos a recorrer el bosque llamado “la reserva”, un lugar con mucha vegetación, siempre escuchando el mar de fondo, hasta pudimos ver algunos animalitos de la zona. Hicimos un picnic playero “infaltable” y caminamos unas cuantas cuadras del pueblo, viendo una casa más linda que la otra, muy modernas y recientemente construidas.
En los días siguientes, recorrimos algunas playas cercanas y llegamos hasta Las Termas Marinas en San Clemente del Tuyú, un complejo termal con diferentes piletas y sitios para disfrutar de las termas en todo su esplendor, con un amplio sector de recreación.
Y no pudimos dejar de pasar por la noche de San Bernardo, un poco de ruido y gente, para cambiar un poco el aire.
Fueron unos días muy relajados y distendidos, el lugar nos ofreció todo lo que estábamos buscando.
• Fuente: Cabañas Argentinas - www.cabaniasargentinas.com