Decálogo de la serenidad

Decálogo de la serenidad

Sólo por hoy trataré de vivir exclusivamente el día, sin querer resolver el problema de mi vida todo de una vez.

Sólo por hoy tendré el máximo cuidado de mi aspecto; seré cortés en mis maneras, no criticaré a mis semejantes y no pretenderé mejorar o disciplinar a los demás, sino exclusivamente a mi mismo

Sólo por hoy seré feliz en la certeza de que he sido creado para la felicidad, no sólo en el otro mundo, sino en éste también.

Sólo por hoy me adaptaré a las circunstancias, sin pretender que las circunstancias se adapten todas a mis deseos.

Sólo por hoy dedicaré parte de mi tiempo a una buena lectura; recordando que, como el alimento es necesario para la vida y el mantenimiento sano del cuerpo, así la buena lectura es necesaria para mantener viva y alegre el alma.

Sólo por hoy haré una buena acción y no lo diré a los demás; y continuaré haciendolo el resto de días de mi existencia.

Sólo por hoy haré por lo menos una cosa que no deseo hacer; y si me sintiera ofendido en mis sentimientos, procuraré que nadie se entere.

Sólo por hoy me haré un programa detallado que quizá no cumpla cabalmente, aún con eso lo redactaré. Y me guardaré de dos calamidades: la prisa y la indecisión.

Sólo por hoy creeré firmemente, aunque las circunstancias demuestren lo contrario que la buena providencia del Universo se ocupa de mí como si nadie más existiera en el mundo.

Sólo por hoy no tendré temores. De manera particular no tendré miedo de gozar de lo que es bello y de creer en la bondad innata de la humanidad.

Papa Juan XXIII

MariCruz Gomar Domínguez :) http://cruzcoaching.blogspot.com/

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