Siempre la mejor salida en todas las situaciones de nuestra vida propia se encuentran mirando la posibilidad, lo que deseamos hacer, nuestra visión de las cosas aún por encima de circunstancias apremiantes.
De no ser así, dejamos que las cosas y el mundo se ordenen de una manera ajena a nuestra voluntad. Nos convertimos en espectadores, nos cerramos “a lo que hay” olvidando que la posibilidad si bien habla del futuro, también es algo presente “Es lo que hay” dentro de nosotros.
Es un atributo que nos pertenece a todos, y usualmente se encarna en esos seres que nos llaman a hacer las cosas. Ese poder magnético que irradian algunos, misterioso en lo más de los casos es el poder de su visión. Es el poder de su proyecto personal.
Sabemos que del autodescubrimiento vienen las maravillosas imágenes de lo que realmente nos importa, lo que realmente nos motiva en la vida. La imágen en sí, es una forma de pensamiento muy completa, poderosa, llena de lenguaje y símbolos profundos enraizados en nuestra especie. Atraparlas, atesorar nuestras propias imágenes nos hace construir una visión, un mundo propio que le da sentido a este mundo informe. El que tiene visión tiene dirección. Y el que tiene dirección construye relaciones y liderazgo.
El líder motiva con imágenes. Sabe llevarlas a nuestra mente, tiene una comunicación muy poderosa, lleva su mundo al nuestro para que veamos la posibilidad de que algo nuevo exista.
Cada vez que te limites a ver “sólo lo que hay” recuerda que te estás perdiendo la oportunidad de ver algo más. Ese algo más, eres tú.
La visión, el arte de la posibilidad, es una de las materias que debe estudiar siempre un líder.
