La responsabilidad social corporativa o empresarial es el compromiso de todas y cada una de las empresas a poder llegar a contribuir positivamente al mejoramiento social, económico y/o ambiental a la vez que mejora la situación de la empresa con respecto a su imagen, valor añadido y a su competitividad. No es, sin embargo, una filantropía desinteresada ni mucho menos, sino que es una de las estrategias de marketing más innovadoras.
La crisis económica ha despertado en el mundo globalizado unas preocupaciones que parecen, hasta cierto punto, nuevas en la mentalidad empresarial capitalista. Los ciudadanos del mundo occidental estamos muy sensibilizados con los graves problemas del mundo menos desarrollado y con el hecho de que por nosotros mismos no podemos solucionarlos. Sin embargo, las poderosas empresas multinacionales han introducido la posibilidad de que cada cual pueda poner su granito de arena en la solución de estos problemas. Incorporan así las empresas a su política estas preocupaciones de los ciudadanos garantizando su buena reputación: empresas de alimentación que ponen en marcha proyectos para la salud, empresas de renting de vehículos que ponen vehículos eléctricos, grandes almacenes que comercializan ropa de comercio justo, fábricas de juguetes que enseñan valores de respeto al medio ambiente, etc.