El tabaco, para muchos un bien preciado, para otros una fuente de contaminación ambiental y una sensación desagradable. Pero, más allá de los gustos individuales de cada persona, ¿qué hay de cierto en la adicción al tabaco?, ¿cómo afecta a nuestro organismo?, y esta última pregunta es un clásico, ¿por qué fumo?
En este artículo iremos desgranando cada una de estas preguntas de una forma muy coloquial, de modo que la lectura resulta ágil y fácil de entender.
Primero, quisiera empezar con algunos pasajes históricos acerca de los inicios del tabaco. El origen de todo, procede de una región entre los países de Ecuador y Perú hace más de 3.000 años. Las civilizaciones empleaban el uso del tabaco como elemento socializador, en eventos públicos, fiestas, celebraciones religiosas, rituales; esto no difiere en absoluto del concepto que tenemos actualmente del tabaco, ¿quién no tiene un conocido que tan sólo fuma cuando sale a divertirse?. Otros usos que le otorgaban al tabaco pasaban como un remedio curativo, forma de alentar a las tropas antes de un combate, y antes de mantener relaciones sexuales. Cómo veréis apenas encontramos diferencias en nuestro comportamiento respecto del tabaco al que tenían hace más de 3.000 años.
Y aquí, una opinión propia, a mi modo de ver el tabaco, es el mayor éxito del marketing a nivel mundial. Todo comienza con una fuerte tos y un sabor desagradable en a boca, pero aún así, volvemos a dar otra calada y vuelve a repetirse el proceso. Entonces, ¿por qué fumamos? Es obvio, buscamos notoriedad, respeto, imitar a nuestros ídolos, popularidad. Y es que las compañías tabacaleras han sabido llegar a nuestros puntos débiles y darnos una nueva oportunidad de ser más felices, y claro, ¿quien no quiere ser feliz?
Sin embargo, no nos cuentan los enormes daños que cada cigarro supone para nuestra salud. Por ello, voy a empezar hablando de los componentes que a mi modo de ver, considero más perjudiciales; la nicotina, conocida por su adicción, es la responsable de que el consumo de tabaco no pueda decidirse, es decir, poca gente puede dejarlo sin más. Pero su principal efecto dañino no viene de ahí, y es que 2 o 3 gotas de nicotina (30 miligramos), son suficientes para matar a un ser humano. En cada cigarrillo, permitimos que pase a nuestra sangre 1,2 rngr, una dosis que no se elimina, la nicotina se va acumulando. También tenemos el famoso alquitrán, considerado el principal responsable de los cánceres derivados del consumo de tabaco; y por último, el monóxido de carbono (CO), que tiene un efecto doble, por una parte afecta directamente a nuestro sistema cardiovascular y además, suma el efecto de la dependencia.
Y poniendo punto y final a este artículo, voy a resumiros a qué niveles puede llegar a afectar el consumo continuado de tabaco:
El fumador habitual presunta una serie de síntomas que revelan su condición, como por ejemplo:
- Astenia: cansancio que, a veces, desaparece al fumar.
- Anorexia: falta de apetito, que se suele acentuar al fumar.
- Disnea: dificultad para respirar, que se acentúa con el mínimo esfuerzo.
- Disfonía: ronquera del Fumador.
- Tos bronquial matinal: tos con flemas por la mañana.
- Impotencia a edades precoces o disminución de la líbido.
- Coloración amarillenta de los dientes.
- Dolores torácicos difusos.
- Bronquitis estacionales.