La firma sueca apuesta fuerte por un marketing postmoderno e innovador para interactuar directamente con el cliente y sus emociones. La última campaña lleva el título del catálogo de muebles 2015 y ofrece al usuario un espacio de diversión en el que es posible satisfacer sus demandas y conectar con sus ilusiones.
IKEA continúa en la línea más atrevida y dinámica del marketing actual. Los proyectos publicitarios constituyen una eficaz herramienta para conseguir nuevos clientes y fidelizarlos a la marca. La última campaña, centrada en dormitorios y baños, no es una excepción: una vez más, el público que participó vivió una experiencia llena de sorpresas, regalos y diversión.
La tienda de Alcorcón, en Madrid, propuso a los usuarios que acudieran a sus instalaciones en pijama para desayunar en la cama de sus sueños, ducharse en alguno de los baños de las exposiciones, entretenerse con actuaciones espontáneas, talleres de decoración e incluso darse unas sesiones de maquillaje. Los clientes pueden recrearse y vivir toda una experiencia mientras prueban en primera persona los productos que desean.
Fueron muchas las personas que acudieron en pijama a la tienda, haciendo una cola de 10 horas antes de la apertura del centro. Los 100 primeros recibieron un cheque de regalo; las 6 personas que encabezaban la cola pudieron tumbarse en la cama cuanto quisieron y pudieron llevársela a casa totalmente gratis.
Estamos ante una nueva forma de hacer marketing, en el que la experiencia de los clientes es la clave central del proyecto. Esto hace posible que se genere una gran empatía con sus emociones, deseos, costumbres y anhelos. IKEA ha conectado con la vida cotidiana de los consumidores en sus hogares y ofrece soluciones a sus necesidades del día a día.
Campañas como “Algo bueno se despierta” van en sintonía con un nuevo concepto de venta, en el que los usuarios experimentan un recorrido dinámico lleno de inspiración y entretenimiento mientras realiza sus compras. ¿Quién dijo que ir de compras era aburrido?