Es conocido que la información sobre drogas proviene principalmente de tres fuentes: la familia, la escuela y el «tercer ambiente»; se trata de identificar las fuentes inmediatas de cada uno de ellos e identificar su influencia en la persona, teniendo siempre en cuenta las características demográficas básicas (edad y género).No recibe igual una información de terminada un adulto que un niño, un hombre que una mujer, por lo que la tarea de hablar de contenidos de prevención de drogas en la familia, la escuela y el«tercer ambiente»; se vuelve más exigente.
Es mucho más fácil determinar objetivos para la familia y la escuela, mientras que para el tercer ambiente la tarea se vuelve casi imposible, porque lo que a todos se da, pocos lo alcanzan, en cuanto a prevención se refiere. Y si nos concentramos en la población estudiantil, específicamente en la educación primaria (7 a 12años), la tarea se vuelve aún más difícil, pues se ha identificado ya la fuente inmediata en el «tercer ambiente»: la televisión, «una necesidad creada que con el tiempo se ha vuelto sentida, un integrante más de la familia, la niñera gratuita e irresponsable», entre otras definiciones que podrían seguir surgiendo con el análisis.
La televisión, un medio masivo de información, es fiel a su derecho de expresión cumpliendo con sus tres objetivos: informar, formar y entretener pero hay que tener en cuenta que supera en naturaleza a sus dos rivales –la prensa y la radio– por su cualidad audiovisual, ampliando su rango de cobertura hasta la población más pequeña, lo que la convierte en un arma de doble filo, que puede ser una herramienta tanto positiva como negativa en el campo de la prevención de drogas. Debemos vigilar a quien "cuida" de nuestros hijos e hijas.