Hace poco recibí un E-mail, me agrado mucho leerlo, aquí una de las preguntas que plantea. Se refiere al primero de Mayo, el día del trabajo.
¿Porqué recordar un día tan desagradable, donde fueron ejecutados, por reclamar derechos que hoy nos parecen absolutamente naturales y lógicos desde que nacemos?
¿Dejaríamos de recordar la primera o la segunda guerra mundial?
Y, que puedo decir; las personas solemos ver de preferencia el lado malo de las cosas; siempre somos ligeros a decir porque algo no se puede realizar. Ver que puede haber de positivo no es tan obvio, ni plantearnos porque “si puede hacerse algo“.
Luego el E-mail continúa:
Somos los que sumamos esfuerzos, dejamos una ganancia extra que no nos importa perder y muchas veces no somos conscientes de ello, para que se acumule en un bolsón que la empresa o sus fundadores o el Estado, redistribuyen a través del salario. Esto en lo tradicional.
Se refiere a las mayorías y al cambio de era, pero tampoco es obvio para la gran mayoría de personas que estamos atravesando un cambio de era y el orden profesional y social van cambiando drásticamente.
Mantenerse optimistas es abecés solo un concepto y no una actitud. Llevamos rozas a nuestras casas y solo mientras son hermosas están en el florero, luego pasa a la basura. Celebramos la belleza, sabemos de lo que tiramos a la basura; mantener el recuerdo de lo feliz del momento siendo concientes de la adversidad, propia del ciclo de vida.
Decidimos si ver lo positivo o negativo, es nuestra opción, como la opción de estar contentos o ser infelices en el día. La vida no es lógica, es una paradoja que no puede resolver nuestra razón.