Si te pones a investigar sobre reconocimiento, será poco lo que consigas. Y quizá, esa sea una de las razones por las que hoy cueste tanto que las personas manejen efectivamente esta variable del comportamiento humano.
Hay una fuerte crisis de reconocimiento en el mundo actual. Y el tema se complica si pretendemos que la gente maneje distinciones más allá del solo hecho de otorgarlo, es decir, si no tenemos habilidades para darlo. ¿Qué decir para recibirlo o auto celebrarnos?
El tema se complica si pretendemos que la gente maneje distinciones más allá del solo hecho de dar reconocimiento, es decir, si no tenemos habilidades para otorgarlo. ¿Qué decir para autoreconocernos o para recibir reconocimiento?
¿Quién es el responsable? ¿La sociedad, tus padres, la escuela, la oficina, las autoridades? Seguro que todos, seguro que cada ambiente compartido te ha profundizado más y más la falta de habilidades en materia de reconocimiento.
Personalmente pienso que el primer responsable eres tú. Ya son muchos los años que pasaron desde la primera vez que escuchaste esta palabra. Inclusive, ya hace algún tiempo que entiendes su importancia y sus beneficios. Sin embargo, no te has esforzado en dominar esta cualidad. No has emprendido un plan efectivo para incorporarla y practicarla. No te has interesado por aprovecharla, ni regalarla.
No importa quién es el responsable de que llegaras hasta aquí con estos niveles de desconocimiento. Eres tú quien debe resolver tu situación de aquí en más. Solo tú puedes introyectar los efectos que ocasiona esta carencia. Solo tú puedes emprender el camino de crecimiento: investigar, entender, desarrollar. Incorporar esta importante destreza te abrirá las puertas en varios ámbitos y, de paso, te permitirá coadyuvar en la lucha contra el flagelo de la falta de reconocimiento.