Vivimos en una sociedad cuyo calendario comienza con el nacimiento de Jesús. ¿No es entonces deplorable que 2000 años después nos encontremos al borde del abismo? La Tierra sufre bajo el cambio climático causado por el hombre, aunque si los seres humanos que pertenecen a la llamada cristiandad, hubiesen cambiado en estos 2000 años, también cambiaría el clima, pero no a peor; de hecho no en vano Jesús enseñó: «Sed perfectos, como perfecto es vuestro Padre en los cielos».
El hombre es el causante de las catástrofes ¿por qué se acusa entonces a Dios? Porque los sacerdotes con sus dogmas las atribuyen a los misterios de Dios, en lugar de asumir su responsabilidad como secretistas adornados de cultos. Si Dios realmente tuviese misterios de los que se derivasen necesidades, miseria y sufrimiento, Jesús habría sido un mentiroso y Su enseñanza una pura blasfemia. Si Dios realmente tuviera misterios, Jesús no hubiese prometido la venida del Consolador que nos conducirá a toda la verdad; sería una traición a Dios y una contradicción entre uno y otro.
Los 2000 años de supuesto cristianismo están llenos de asesinatos, saqueos, violaciones, explotación, servidumbre y maltrato a los animales y a la naturaleza; llenos de falta de consideración y corrupción, de luchas y enemistad entre pueblos; llenos de guerras, de torturas, de embrutecimiento y de crueldad. ¿Se equivocó Jesús de Nazaret? ¡No! Dios es el amor que no conoce fronteras y pertenece también a los animales, a la naturaleza y a toda la madre Tierra.
Vida Universal
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