Normalmente los hidratos de carbono se encuentran en todos los alimentos, excepto en los productos de cárnicos y pescados.
Recientemente, algunas dietas para bajar de peso, han recomendado excluir todos los hidratos de carbono (arroces, pastas, cereales, frutas, verduras, etc...), lo que puede ser un grave perjuicio para tu salud.
Limitar los carbohidratos malos como el azúcar de tu dieta es un paso positivo, pero si vas más allá y te niegas a comer frutas y cereales enteros, potencialmente, te puedes privar por ejemplo, de alimentos que combaten el cáncer.
Por otro lado, muchas empresas han aprovechado para introducir en el mercado productos integrales como arroces, pastas o panes bajos en carbohidratos, que nos ayudan a cuidar la línea y perder peso o porque no, aumentar de peso sin ganar nada de grasa.
Los hidratos de carbono se pueden desglosar en dos categorías principales; simples y complejos.
Las sodas, los dulces, contienen azúcares simples (son los culpables de que nos cueste tanto bajar de peso), mientras que los granos enteros, las frutas y los cereales contienen hidratos de carbono complejos (nos ayudan tanto a aumentar de peso como a perder peso).
La principal diferencia entre los dos grupos son sus estructuras químicas. Los azúcares simples se componen de un par de moléculas de azúcar, mientras que los carbohidratos complejos se componen de cientos y hasta miles de estas moléculas juntas. En tu cuerpo, el producto final de ambos es la glucosa.
Otra diferencia entre estos dos tipos de carbohidratos, es el tiempo necesario para digerirlos. Si consumes 100 calorías de azúcares simples, tu cuerpo los puede digerir mucho más rápido que si comes la misma cantidad de calorías que están hechos de carbohidratos complejos.
Esto se debe (como te explicamos antes), al tipo de estructura de los azucares, que es más simple y por lo tanto nuestro cuerpo los dijere antes que los carbohidratos complejos, que necesitan más tiempo para ser asimilados por nuestro cuerpo.
Por lo tanto si tomas alimentos compuestos de azúcares simples, estarás más hambriento mucho más pronto que si comes alimentos hechos de carbohidratos complejos. Si te habitúas a beber bebidas azucaradas y comer dulces, puedes añadir un montón de calorías al final del día a tu dieta para bajar de peso.
Los estudios han demostrado que los azúcares simples contribuyen a la obesidad y la diabetes, especialmente en niños.
También se ha demostrado que el consumo de los carbohidratos buenos (complejos) puede protegerte de muchos tipos de cánceres, mejorar tu salud y ayudarte a ganar masa muscular y bajar de peso.
Así que la próxima vez que leas en una revista sobre dejar de tomar carbohidratos en tu dieta para bajar de peso, tíralo a la basura y agarrar una manzana.