6. La Verdadera Recomendación del Apóstol Pablo para los Sacerdotes de la Iglesia Católica fue que Cada Uno Viviera con su Mujer para Evitar Fornicación

6. La Verdadera Recomendación del Apóstol Pablo para los Sacerdotes de la Iglesia Católica fue que Cada Uno Viviera con su Mujer para Evitar Fornicación

(Este artículo corresponde a la parte Nº 6 del ensayo: “Defendamos a la Iglesia Católica, del Ataque de  ‘De las Puertas del Infierno’”; del mismo autor)

Cuando Pablo recomienda el celibato, para “preocuparse en la cosas del señor y no en las cosas del mundo”, no lo recomienda exclusivamente a los sacerdotes, lo recomienda a toda la congregación cristiana. Y para los sacerdotes, su recomendación de permanecer en celibato solo alcanzaría al 2% que se mantienen en castidad. Pero para el 98% restante de sacerdotes y monjas les da esta recomendación: “En orden a las cosas sobre las que me habéis escrito respondo: Loable cosa es en el hombre no tocar mujer. Más por evitar la fornicación, viva cada uno con su mujer, y cada una con su marido”. (1Co 7 1-2); y luego les dice a los sacerdotes y monjas incontinentes, y también por supuesto a toda la feligresía no célibe (a los casados) de la iglesia: “No queráis, pues, defraudaros el derecho recíproco, a no ser por algún tiempo de común acuerdo, para dedicaros a la oración; y después volved a cohabitar, no sea que os tiente Satanás por vuestra incontinencia”. (1Co 7 5). De manera que la verdadera recomendación del apóstol Pablo para los sacerdotes de la iglesia católica fue que cada uno viviera con su mujer para evitar fornicación. Y efectivamente, en ese “ejército de 400,000 sacerdotes “eunucos por el reino” y 700,000 religiosas, por la incontinencia del 98% de sus miembros, y la práctica fornicaria consuetudinaria del 51% de sacerdotes, el maligno se ha metido en la clerecía católica con cuernos y cola.

Por el contrario, la tradición de los judíos, que era la tradición del Señor Jesús y del Apóstol Pablo, obliga a los hombres a casarse: “Los Rabinos demandan que un hombre que está solo debe casarse, aunque haya enviudado o divorciado, y a pesar de que haya tenido hijos, e incluso ya no sea capaz de procrear otros, y a pesar de que sus hijos prefieran que no se case, y aunque sea necesario que venda posesiones preciosas para desposar a una mujer. (Para detalles específicos, ver en el Código de Leyes, Eben Haezer, sección 1)” http://www.jabad.org.ar/mujer/relaciones-humanas-y-matrimonio

Sé el primero en Comentar

Recibir un email cuando alguien contesta a mi comentario