El sistema financiero de Chile se ubica en la parte por delante de los países de América Latina y América del Sur. El sistema de bancos de Chile se encuentra entre los primeros lugares con los mercados industrializados, como Alemania e Italia. La década de 1970 mostró una tasa promedio de 40% de crecimiento del crédito interno y con ello aumentó el PIB en un 35% en 1980 a partir de 8% en 1975.
El sistema bancario fue exclusivo en Chile y sólo las clases altas podían acceder a los servicios bancarios, pero en la década de 1990 los bancos de Chile ampliaron sus características e instalaciones para dar cabida a los nuevos titulares de cuenta y al servicio de crédito. Hoy en día, incluso los principales bancos de Chile proporcionan servicios financieros en línea a sus clientes. El sector financiero de Chile ha crecido más rápidamente en los últimos años.
La reforma de la ley del banco en 1997 amplió la actividad exterior y puso en marcha nuevos instrumentos financieros, que incluyen los préstamos con garantía hipotecaria, el factoring, las tarjetas de débito, el arrendamiento financiero y los futuros de divisas. El sector bancario chileno es muy sofisticado y los bancos de Chile reflejan la fuerza relativa en el entorno económico con respecto a otros bancos de América del Sur. Sin embargo, la competencia es cada vez más difícil, debido al aumento en el número de los bancos extranjeros.
Chile tiene un gobierno democrático y su economía se concentra en el sector forestal, el cobre y la pesca, principalmente orientada a la exportación. La banca en Chile es sólida, ya que ofrece todos los servicios necesarios para el comercio y ofrece productos financieros tales como hipotecas, préstamos hipotecarios, tarjetas de crédito, y muchos más.
