¿Cuán hermosos son sus pies?

¿Cuán hermosos son sus pies?

La enseñanza de hoy es sobre el evangelismo, el mayor el encargo que Jesús nos ha dado a su Iglesia amada, haciéndole claridad de que esta enseñanza no es para teólogos, ni para expertos sino para usted que camina en Cristo, que mueve sus pies para llevar las buenas nuevas a todos cuanto pueda y para aquellos cuyos pies no son aun tan hermosos.

PASAJE CENTRAL: Romanos 10, 14 a 16: "¿Cómo, pues, invocarán a aquel en el cual no han creído? ¿Y cómo creerán en aquel de quien no han oído? ¿Y cómo oirán sin haber quien les predique? ¿Y cómo predicarán si no fueren enviados? Como está escrito: ¡Cuán hermosos son los pies de los que anuncian la paz, de los que anuncian buenas nuevas! Mas no todos obedecieron al evangelio; pues Isaías dice: Señor, ¿quién ha creído a nuestro anuncio?"

Oración: Padre nuestro y Señor nuestro te damos gracias infinitas por habernos predestinado, por habernos escogido, por habernos salvado, por habernos glorificado, por habernos sentado contigo en las regiones celestiales, por habernos sellado con el Espíritu Santo, por habernos proveído con tu santa y verdadera Palabra, por habernos dado a nuestros corazones el Espíritu de tu Hijo Amado, porque Tu Espíritu da testimonio a nuestro espíritu de ser hijos de Dios, por habernos hecho hijos de la promesa, hijos de luz e hijos amados. Oh, Señor, te alabamos y te exaltamos. Te pedimos perdón por haber callado tanto tiempo tu verdad, por haber disfrutado tanto tiempo de la comodidad sin hablar con denuedo de ti, sin predicar tu Palabra, sin llevar las buenas nuevas a los perdidos. Perdóname Señor por haberme avergonzado de tu evangelio en tantas ocasiones. Declaramos hoy, Señor, que tenemos un espíritu diferente porque tu nos has dado no un espíritu de temor sino de poder de amor y de dominio propio. Declaramos Padre del Cielo que queremos ir, que iremos dónde nos envíes, que no nos avergonzamos del evangelio porque el Evangelio es poder de Dios para la salvación de todo aquel que cree, que disponemos nuestra vida para servirte y para proclamar Tu Santa Palabra en el nombre de Jesús de Nazareth.

•1- ¿POR QUÉ EVANGELIZAR?

Porque usted ha sido enviado.

Hemos aprendido que cuando Dios repite algo en Su Palabra Santa es porque quiere hacernos entender que eso es realmente importante para El. Pues bien, nuestro Dios nos dio el mandato de la gran comisión, nos mandó a ir y a hacer discípulos, en los cuatro evangelios y en el Libro de los Hechos.

FUE SU PRIMER MANDATO (MARCOS 1, 17) Y SU ÚLTIMO MANDATO (HECHOS 1, 8).

Mateo 28,18 a 20: "Y Jesús se acercó y les habló diciendo: Toda potestad me es dada en el cielo y en la tierra. Por tanto, id, y haced discípulos a todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo; enseñándoles que guarden todas las cosas que os he mandado; y he aquí yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo".

Marcos 1, 17: "Y les dijo Jesús: Venid en pos de mí, y haré que seáis pescadores de hombres."

Marcos 16, 15 a 18: "Y les dijo: Id por todo el mundo y predicad el evangelio a toda criatura. El que creyere y fuere bautizado, será salvo; mas el que no creyere, será condenado. Y estas señales seguirán a los que creen: en mi nombre echarán fuera demonios; hablarán nuevas lenguas; tomarán en las manos serpientes, y si bebieren cosa mortífera, no les hará daño; sobre los enfermos pondrán sus manos, y sanarán".

Lucas 24, 46 a 49: "y les dijo: Así está escrito, y así fue necesario que el Cristo padeciese, y resucitase de los muertos al tercer día; y que se predicase en su nombre el arrepentimiento y el perdón de pecados en todas las naciones, comenzando desde Jerusalén. Y vosotros sois testigos de estas cosas. He aquí, yo enviaré la promesa de mi Padre sobre vosotros; pero quedaos vosotros en la ciudad de Jerusalén, hasta que seáis investidos de poder desde lo alto".

Juan 20, 21 a 22: "Entonces Jesús les dijo otra vez: Paz a vosotros. Como me envió el Padre, así también yo os envío. Y habiendo dicho esto, sopló, y les dijo: Recibid el Espíritu Santo".

Hechos 1, 8: "...pero recibiréis poder, cuando haya venido sobre vosotros el Espíritu Santo, y me seréis testigos en Jerusalén, en toda Judea, en Samaria, y hasta lo último de la tierra."

En el pasaje de 1 Corintios 9, 16 a 27 Dios va más allá y deja muy en claro que esa es una obligación además de la que uno no se debe gloriar sino que es un mandato con una consecuencia tremenda para el que no lo cumpla: "Sin embargo, cuando predico el evangelio, no tengo de qué enorgullecerme, ya que estoy bajo la obligación de hacerlo. ¡Ay de mí si no predico el evangelio! En efecto, si lo hiciera por mi propia voluntad, tendría recompensa; pero si lo hago por obligación, no hago más que cumplir la tarea que se me ha encomendado. ¿Cuál es, entonces, mi recompensa? Pues que al predicar el evangelio pueda presentarlo gratuitamente, sin hacer valer mi derecho. Aunque soy libre respecto a todos, de todos me he hecho esclavo para ganar a tantos como sea posible. Entre los judíos me volví judío, a fin de ganarlos a ellos. Entre los que viven bajo la ley me volví como los que están sometidos a ella (aunque yo mismo no vivo bajo la ley), a fin de ganar a éstos. Entre los que no tienen la ley me volví como los que están sin ley (aunque no estoy libre de la ley de Dios sino comprometido con la ley de Cristo), a fin de ganar a los que están sin ley. Entre los débiles me hice débil, a fin de ganar a los débiles. Me hice todo para todos, a fin de salvar a algunos por todos los medios posibles. Todo esto lo hago por causa del evangelio, para participar de sus frutos. ¿No saben que en una carrera todos los corredores compiten, pero sólo uno obtiene el premio? Corran, pues, de tal modo que lo obtengan. Todos los deportistas se entrenan con mucha disciplina. Ellos lo hacen para obtener un premio que se echa a perder; nosotros, en cambio, por uno que dura para siempre. Así que yo no corro como quien no tiene meta; no lucho como quien da golpes al aire. Más bien, golpeo mi cuerpo y lo domino, no sea que, después de haber predicado a otros, yo mismo quede descalificado".

La evangelización es una de las razones principales por la cual Cristo no ha regresado aun. Dios ha dejado muy claro que Su bendito deseo es que todos se salven y que nadie se pierda (2 Pedro 3, 9). Recordemos esa bella Palabra que le dijo a sus discípulos en Mateo 24, 14: "Y será predicado este evangelio del reino en todo el mundo, para testimonio a todas las naciones; y entonces vendrá el fin". De modo que esa es nuestra misión y es urgente. Debemos llevar rápidamente el Evangelio de la Salvación a todos cuanto conozcamos en nuestra familia, nuestro vecindario, nuestro barrio, nuestra ciudad, nuestra nación.

Debemos de convertir el evangelismo en un estilo de vida, aprovechando muchas de las ocasiones ordinarias como el mismo nombre de algunas personas, el viaje en un avión o en un simple ascensor, la ida a un velorio, la muerte de un cercano, la conversación sobre algún accidente, la noticia sobre la enfermedad de algún conocido, la posible erupción de un volcán, el tsunami en el pacífico y muchas más para introducir el tema del Evangelio.

Dios lo ha puesto a usted en esa familia, en esa ciudad en ese barrio y le ha dado esos amigos que usted tiene para alumbrar con su Adorable Luz a todos a través de usted.

TENGA SIEMPRE PRESENTE QUE LA POBLACIÓN MUNDIAL CRECE GEOMETRICAMENTE MIENTRAS LOS CRISTIANOS PARECE QUE CRECEMOS ARITMÉTICAMENTE, LUEGO PIENSE EN INVOLUCRARSE EN UN MINISTERIO DE EVANGELISMO MULTIPLICATIVO COMO EVANGELISMO EXPLOSIVO.

Para terminar debo decir que evangelizar es una cuestión eminentemente de Amor. Si usted, mi amado hermano, está andando en Amor, el Amor de Dios lo va a constreñir a compartir el Evangelio pues usted querrá dar de gracia a otros lo que usted ha recibido de gracia. Usted querrá que todos tengan lo que usted ya tiene y que es muy superior a lo que está en el mundo, Cristo Jesús. Porque usted ya ha probado el gozo de la salvación, ha visto lo que puede hacer Cristo en la vida de cualquier persona, ha sido testigo de grandes prodigios y milagros en su vida usted querrá que aquellos a los que usted ama que son todos esos que Dios llama el Prójimo.

•2- ¿QUIÉN Y CÓMO DEBE EVANGELIZAR?

EL EVANGELISMO NO ES UNA TAREA PRIMORDIALMENTE DEL PASTOR SINO UNA MISIÓN DE TODO CREYENTE, DE TODO NACIDO DE NUEVO.

Pero muchos cristianos hoy tienen varias razones para no testificar. Dicen que no saben cómo, dicen que no tienen el don, que dan testimonio por medio de sus vidas, que es el oficio del Pastor, que les da miedo de ser rechazado o fallar, que no tienen tiempo.... Muchos no lo hacen porque tienen un pecado no confesado por allá escondido que está causando estragos.

Déjenme detenerme un poco en la idea generalizada que el adversario ha difundido de que evangelizar es una tarea del Pastor o de éste y los líderes de la iglesia o de los teólogos. Esa es la estrategia hasta ahora más exitosa del adversario. Pero La Verdad sobre esto (y todo lo demás) está en la Biblia. ¿Cómo sucedió en la iglesia primitiva? Después de la muerte de Esteban, dice la Biblia, hubo una época de gran persecución contra la iglesia en Jerusalén y la consecuencia fue hermosa: todos fueron esparcidos para proclamar el evangelio por donde quieran que iban. ¡Todos menos los apóstoles! Leamos Hechos 8, 1 a 13: "Y Saulo estaba allí, aprobando la muerte de Esteban. Aquel día se desató una gran persecución contra la iglesia en Jerusalén, y todos, excepto los apóstoles, se dispersaron por las regiones de Judea y Samaria. Unos hombres piadosos sepultaron a Esteban e hicieron gran duelo por él. Saulo, por su parte, causaba estragos en la iglesia: entrando de casa en casa, arrastraba a hombres y mujeres y los metía en la cárcel. Los que se habían dispersado predicaban la palabra por dondequiera que iban. Felipe bajó a una ciudad de Samaria y les anunciaba al Mesías. Al oír a Felipe y ver las señales milagrosas que realizaba, mucha gente se reunía y todos prestaban atención a su mensaje. De muchos endemoniados los espíritus malignos salían dando alaridos, y un gran número de paralíticos y cojos quedaban sanos. Y aquella ciudad se llenó de alegría. Ya desde antes había en esa ciudad un hombre llamado Simón que, jactándose de ser un gran personaje, practicaba la hechicería y asombraba a la gente de Samaria. Todos, desde el más pequeño hasta el más grande, le prestaban atención y exclamaban: "¡Este hombre es al que llaman el Gran Poder de Dios!" Lo seguían porque por mucho tiempo los había tenido deslumbrados con sus artes mágicas. Pero cuando creyeron a Felipe, que les anunciaba las buenas nuevas del reino de Dios y el nombre de Jesucristo, tanto hombres como mujeres se bautizaron. Simón mismo creyó y, después de bautizarse, seguía a Felipe por todas partes, asombrado de los grandes milagros y señales que veía".

¿Quiénes predicaban la Palabra? ¡Los que fueron esparcidos! No dice los pastores, pues los mejores de ellos, los Apóstoles, se quedaron en Jerusalén. Y esta estrategia de dispersión y prédica de la Palabra fue poderosamente exitosa durante los siguientes 300 años hasta el año 313 en el cual se publicó por Constantino el edicto de tolerancia por medio del cual se terminaba la persecución contra el pueblo cristiano.

Los pastores en cambio sí tienen la obligación de capacitar sus laicos. Leamos Efesios 4, 11 a 12: "Él mismo constituyó a unos, apóstoles; a otros, profetas; a otros, evangelistas; y a otros, pastores y maestros, a fin de capacitar al pueblo de Dios para la obra de servicio, para edificar el cuerpo de Cristo."

JESÚS MISMO EVANGELIZÓ Y NOS ENSEÑÓ CÓMO HACERLO. EN ESTE PASAJE VEMOS QUE JESÚS UTILIZÓ LAS 5 LEYES DE PERSUACIÓN: A- ATENCIÓN, B- INTERÉS, C- DESEO, D- DECISIÓN, E- ACCIÓN.

Leamos de nuevo el bello relato de la Samaritana en Juan 4, 4 a 42: "Y le era necesario pasar por Samaria. Vino, pues, a una ciudad de Samaria llamada Sicar, junto a la heredad que Jacob dio a su hijo José. Y estaba allí el pozo de Jacob. Entonces Jesús, cansado del camino, se sentó así junto al pozo. Era como la hora sexta. (ATENCIÓN) Vino una mujer de Samaria a sacar agua; y Jesús le dijo: dame de beber. Pues sus discípulos habían ido a la ciudad a comprar de comer. La mujer samaritana le dijo: ¿cómo tú, siendo judío, me pides a mí de beber, que soy mujer samaritana? Porque judíos y samaritanos no se tratan entre sí. (INTERÉS) Respondió Jesús y le dijo: si conocieras el don de Dios, y quién es el que te dice: Dame de beber; tú le pedirías, y él te daría agua viva. La mujer le dijo: Señor, no tienes con qué sacarla, y el pozo es hondo. ¿De dónde, pues, tienes el agua viva? ¿Acaso eres tú mayor que nuestro padre Jacob, que nos dio este pozo, del cual bebieron él, sus hijos y sus ganados? (DESEO) Respondió Jesús y le dijo: cualquiera que bebiere de esta agua, volverá a tener sed; mas el que bebiere del agua que yo le daré, no tendrá sed jamás; sino que el agua que yo le daré será en él una fuente de agua que salte para vida eterna. La mujer le dijo: Señor, dame esa agua, para que no tenga yo sed, ni venga aquí a sacarla. (DECISIÓN- Convicción de pecado) Jesús le dijo: ve, llama a tu marido, y ven acá. Respondió la mujer y dijo: No tengo marido. Jesús le dijo: bien has dicho: no tengo marido; porque cinco maridos has tenido, y el que ahora tienes no es tu marido; esto has dicho con verdad. Le dijo la mujer: Señor, me parece que tú eres profeta. Nuestros padres adoraron en este monte, y vosotros decís que en Jerusalén es el lugar donde se debe adorar. Jesús le dijo: mujer, créeme, que la hora viene cuando ni en este monte ni en Jerusalén adoraréis al Padre. Vosotros adoráis lo que no sabéis; nosotros adoramos lo que sabemos; porque la salvación viene de los judíos. Mas la hora viene, y ahora es, cuando los verdaderos adoradores adorarán al Padre en espíritu y en verdad; porque también el Padre tales adoradores busca que le adoren. Dios es Espíritu; y los que le adoran, en espíritu y en verdad es necesario que adoren. Le dijo la mujer: sé que ha de venir el Mesías, llamado el Cristo; cuando él venga nos declarará todas las cosas. (ACCIÓN-Cierre de la decisión) Jesús le dijo: Yo soy, el que habla contigo. En esto vinieron sus discípulos, y se maravillaron de que hablaba con una mujer; sin embargo, ninguno dijo: ¿qué preguntas? o, ¿qué hablas con ella? Entonces la mujer dejó su cántaro, y fue a la ciudad, y dijo a los hombres: venid, ved a un hombre que me ha dicho todo cuanto he hecho. ¿No será éste el Cristo? Entonces salieron de la ciudad, y vinieron a él. Entre tanto, los discípulos le rogaban, diciendo: Rabí, come. El les dijo: Yo tengo una comida que comer, que vosotros no sabéis. Entonces los discípulos decían unos a otros: ¿Le habrá traído alguien de comer? Jesús les dijo: mi comida es que haga la voluntad del que me envió, y que acabe su obra. ¿No decís vosotros: Aún faltan cuatro meses para que llegue la siega? He aquí os digo: alzad vuestros ojos y mirad los campos, porque ya están blancos para la siega. Y el que siega recibe salario, y recoge fruto para vida eterna, para que el que siembra goce juntamente con el que siega. Porque en esto es verdadero el dicho: Uno es el que siembra, y otro es el que siega. Yo os he enviado a segar lo que vosotros no labrasteis; otros labraron, y vosotros habéis entrado en sus labores. Y muchos de los samaritanos de aquella ciudad creyeron en él por la palabra de la mujer, que daba testimonio diciendo: me dijo todo lo que he hecho. Entonces vinieron los samaritanos a él y le rogaron que se quedase con ellos; y se quedó allí dos días. Y creyeron muchos más por la palabra de él, y decían a la mujer: ya no creemos solamente por tu dicho, porque nosotros mismos hemos oído, y sabemos que verdaderamente éste es el Salvador del mundo, el Cristo".

¡Tremendo pasaje este mis hermanos!

Pero ser testigos requiere que usted primero sea salvo.

Requiere que usted sea limpio. Revísese diariamente, pida perdón diariamente, arrepiéntase diariamente. RECUERDE QUE USTED SE ESTÁ MULTIPLICANDO Y QUE SUS HIJOS HEREDERÁN LO QUE USTED TENGA EN SU CORAZÓN Y EN SU VIDA.

Ser testigo requiere estar lleno del Espíritu Santo. (Efesios 5, 18: "No os embriaguéis con vino, en lo cual hay disolución; antes bien sed llenos del Espíritu...")

Ser testigo requiere compromiso de su parte, esfuerzo de su parte.

Ser testigo requiere ser un adorador, tener pasión por pasar tiempo en oración.

•3- ¿CÓMO EVANGELIZAR?

EL TESTIFICAR DEBE CONVERTIRSE EN UN ESTILO DE VIDA.

Algunos consejos para cuando vaya a compartir la palabra o evangelizar:

Ore mucho por la persona a la cual le va a testificar, recordando que "la salvación es de Jehová" (Jonás 2, 9).

Establezca vínculos de amistad con esas personas. Averigüe sus necesidades, sepa en qué punto está la persona espiritualmente.

Si va a ir a la casa de alguien asegúrese de que esa persona sepa a qué va usted.

Ore antes de ir para que Dios lo use.

Preocúpese por su apariencia. Si es mujer, use ropa apropiada. Use goma de mascar o caramelos para el aliento.

Durante la visita observe, haga preguntas, escuche con atención, mire siempre el candidato cuando está hablando, haga elogios sinceros.

No cargue una gran Biblia, sino mejor una pequeña de bolsillo.

No se afane, no se apure, tómese su tiempo.

Si el momento no es propicio, busque una mejor oportunidad después y si es posible pídale a la persona una fecha en la cual pueda visitarla. No force nada.

No use palabras religiosas. Hable en un lenguaje normal.

No dé la impresión de ser sabelotodo o sumamente entendido o docto en el evangelio. Sea humilde.

No de referencias bíblicas, número de capítulos o versículos cuando hable de la Palabra de Dios.

Cuando dé su testimonio no haga énfasis en su vida pasada antes de recibir el regalo de la vida eterna sino, mejor, en los maravillosos beneficios de haberla recibido.

Pida permiso para hacer preguntas.

Preste mucha atención a lo que le diga la persona a la que está evangelizando.

No se alarme por las confesiones que oiga y guarde las confidencias.

No discuta. No pierda tiempo defendiendo al Señor, pues El no necesita de ello y antes mejor EL le defiendo a usted porque El es su Abogado. Eso sí, esté siempre preparado para presentar defensa con mansedumbre y reverencia ante todo el que le demande razón de la esperanza que hay en usted.

Lea mucho la Palabra de Dios, apréndala, memorícela.

Cite y declare la Palabra de Dios porque es ella la que tiene poder y no su oratoria o sus dones.

Estudie la Palabra de Dios, descubra su sentido, el mensaje que ella tiene para usted y para aquellos que le oyen a usted. Lea libros, consulte diccionarios, referencias, comentarios bíblicos, etc

Evite las objeciones, pospóngalas hasta antes de irse o quede comprometido en volver después con alguna respuesta. Siempre esté preparado para dar

Evite la crítica a otras congregaciones, pastores, iglesias o denominaciones.

Esté preparado para que en el momento de la decisión haya interrupción, pues el adversario no estará contento.

Si es rechazado o el candidato no quiere aceptar a Jesús, no lo obligue. Insista prudentemente pero no hostigue.

No piense que tiene que asegurar una decisión favorable del candidato.

Si alguien rechaza o no quiere aceptar a Jesús no se desanime. Usted no ha predicado la Palabra de Dios en vano y la Palabra nunca vuelve vacía. Dios con seguridad tiene un propósito con su testimonio.

Que su salida de la casa de alguien o la despedida al final, así este no haya aceptado a Cristo, sea muy agradable.

No se ría y menos se burle de alguien a la salida de la casa del evangelizado.

Pastoree el recién nacido. El ahora es su hijo espiritual y su oveja. Discipúlelo.

Ore mucho por el nacido de nuevo para que Dios forme a Cristo en el.

RECUERDEN MIS HERMANOS QUE MUCHAS PERSONAS HACEN CONFESIÓN DE FE, PERO NO NACEN DE NUEVO Y MUCHOS OTROS ¡¡NACEN DE NUEVO PERO NO SE SALVARÁN!! Por eso el Señor nos dice que vayamos y hagamos discípulos enseñándoles que guarden todas las cosas que EL nos ha mandado. Mi hermano NO hay otra interpretación para el pasaje de Mateo 7, 19 a 27 que dice: "Todo árbol que no da buen fruto, es cortado y echado en el fuego. Así que, por sus frutos los conoceréis. No todo el que me dice: Señor, Señor, entrará en el reino de los cielos, sino el que hace la voluntad de mi Padre que está en los cielos. Muchos me dirán en aquel día: Señor, Señor, ¿no profetizamos en tu nombre, y en tu nombre echamos fuera demonios, y en tu nombre hicimos muchos milagros? Y entonces les declararé: Nunca os conocí; apartaos de mí, hacedores de maldad. Cualquiera, pues, que me oye estas palabras, y las hace, le compararé a un hombre prudente, que edificó su casa sobre la roca. Descendió lluvia, y vinieron ríos, y soplaron vientos, y golpearon contra aquella casa; y no cayó, porque estaba fundada sobre la roca. Pero cualquiera que me oye estas palabras y no las hace, le compararé a un hombre insensato, que edificó su casa sobre la arena; y descendió lluvia, y vinieron ríos, y soplaron vientos, y dieron con ímpetu contra aquella casa; y cayó, y fue grande su ruina". Bueno, pero esto hará parte de otra enseñanza sobre cómo ser un verdadero cristiano.

UN MÉTODO

Todos sabemos ya por qué evangelizar, pero muchos, como he dicho antes, se excusan en que no saben cómo.

Pues para quitar esa excusa vamos a aprender hoy un método fácil, simple, flexible y poderoso para evangelizar. Es el método de Evangelismo Explosivo.

Les he entregado una especie de bosquejo para que sobre el podamos edificarnos acerca de cómo testificar eficazmente. Obviamente que aquí no lo aprenderemos tan completo como se estudia en el Ministerio, pero lo que aprenderemos, les aseguro mis amados que ¡será suficientísimo!

Pues bien pasemos de una vez a desarrollarlo.

1. INTRODUCCIÓN Gane su confianza, hable de cosas normales, haga elogios sinceros. Toque el tema religioso. Dele un breve testimonio de su Iglesia o uno personal suyo sin mencionar a Jesús aun.

2. PREGUNTAS DE DIAGNÓSTICO

a) Si Ud. muriera hoy, ¿está seguro que iría al cielo? Dígale que la Biblia fue escrita para tener esa seguridad. "Estas cosas os he escrito... para que sepáis que teneis vida eterna" 1 Juan 5, 13

Voy a compartirle cómo recibí ese regalo maravilloso de la vida eterna y cómo usted también puede hacerlo, pero antes ¿me permite hacerle otra pregunta?

b) Supongamos que Ud. muriera hoy, y se presentara ante Dios y Él le preguntara: ¿por qué tengo que dejarte entrar mi cielo, ¿qué le diría? Si no obtiene una respuesta, cambie la pregunta. Pregúntele por ejemplo que le han enseñado en la Iglesia a la que va sobre los requisitos para ir al cielo, o si un hijo menor le preguntara que debe hacer para ir al cielo qué le respondería, cuéntele que usted pensaba que debía hacer cosas buenas para ganar el cielo. Si de verdad no sabe la respuesta acepte que no la sabe y siga. Generalmente la respuesta a esta pregunta es "por obras".

3. TESTIMONIO PERSONAL

Puede darlo en la introducción o antes de hacer la segunda pregunta de Diagnóstico. En su testimonio mencione de manera general cómo era antes de recibir el regalo de la vida eterna (menos de 1 minuto); cómo recibió el regalo de la vida eterna (menos de 1 minuto, sea muy general y sin mencionar a Jesús aun). Qué ventajas obtuvo al recibir el regalo de la vida eterna (menos de 1 minuto) Evite palabras de "iglesia" (Jehová, testimonio, redención, convertirse, aleluya, amén, barón de Dios, etc)

A lo largo de la conversación, evite dar soluciones u obligar a la persona a tomar decisiones

4. EL EVANGELIO

Sea afirmativo diciendo que al oír la contestación de las preguntas anteriores usted sabe que es portador de las más extraordinarias noticias que jamás el haya escuchado: ¡la vida eterna es un regalo!

a) Gracia:

* El cielo es un regalo y nadie puede ganarlo ni merecerlo (Ro 6:23, Ef 2:8-9).

Enfatizar que la salvación es por fe y no por obras.

* No somos dignos, ni merecemos el cielo (Pr 14:12, Tit 3:5)

b) Hombre:

*Es pecador y no puede salvarse a sí mismo (Ro 3:23). (Ef 2: 8-9). Que entiende por pecado y dele la definición

de Dios: pecado es todo lo que desagrada a Dios.

c) Dios:

* Es misericordioso, es amor y no quiere castigarnos (1 Jn 4:8b, Jn 3:16 )

* Pero, también es justo y tiene que castigar el pecado (Ex 34:7b)

"Dios resolvió ese aparente dilema en la persona de Cristo Jesús".

d) Jesucristo: La solución. Pregúntele quién es Cristo para él. Aclárele que Jesús es el eterno Dios-hombre, Juan 1, 1

* ¿Quién es? El Dios infinito (Jn 1:1,14).

* ¿Qué hizo? - Pagó por nuestros pecados (Is 53:6) - Resucitó y ascendió al Cielo a comprarnos un lugar que hoy nos

ofrece gratuitamente.

¿Cómo recibimos ese regalo?

e) Fe:

* Lo que no es: Ni intelectual, ni temporal. (Santiago 2:19)

* La Fe salvadora es confiar únicamente en Jesucristo para salvación, confesar que Jesús es el Señor y creer en el

corazón que Dios le levantó de entre los muertos y dejarlo entrar en su vida, y arrepentirse.

(Hch 16:31, Jn 3:36)

¿Todo esto tiene sentido para usted?

f) La decisión

Ahora la pregunta no la hago yo sino Dios mismo: ¿Desea recibir el regalo de la vida eterna ahora?

Si esto tiene sentido para usted y quiere recibir el regalo de la vida eterna le aclaro lo qué ello implica:

1. Arrepentirse de todo lo que ha hecho que le desagrada a Dios. (Hch 3:19)

2. Transferir toda su confianza a Cristo para su salvación y para todo en su vida (Ro 10:8-10)

3. Recibir a Jesús resucitado y vivo, como su único y suficiente Dios.

4. Recibirle en su corazón como Señor, Salvador y Redentor (Jn 1:12)

Como usted ha dicho que eso es lo que quiere, hagámoslo con una simple oración.

5. ORACIÓN: Si tiene tiempo haga 3 oraciones: a- Por él para que crea y se arrepienta, 2- Con él para salvación y 3- por él para seguridad. En la oración para salvación que el candidato debe repetir en voz audible, se debe iniciar dirigiéndose a nuestro AMADO JESÚS. Use esta guía: Amado Jesús, hoy te recibo en mi corazón como Señor y Salvador, confieso con mi boca que tu eres Señor y creo en mi corazón que Dios te levantó de entre los muertos. Me arrepiento de todo corazón de todas mis faltas y te doy gracias por tu perdón y tu infinito amor. Recibo el regalo de la vida eterna que me ofreces y te agradezco en el nombre de Jesús.

Seguridad de salvación: Jn 6:47, Tit 1:2, He 13:5 Ro 8:16-17

6. EXPLICACIÓN DE LO QUE HA HECHO Y PASOS SIGUIENTES: Para crecimiento espiritual motivar a orar, estudiar la Biblia, adorar, congregarse y testificar.

Animarlo a ser un discípulo efectivo y si es el caso usted mismo díctele el discipulado. Pastoree esa oveja y nunca la descuide. Ore mucho por ella para que Dios forme a Cristo en él.

Carlos Mauricio Iriarte Barrios http://carlosmauricioiriarte.blogspot.com

La reforma acuifera

La manche de hambre

Jesus Dios

Sé el primero en Comentar

Recibir un email cuando alguien contesta a mi comentario