El Creador creó el deseo de recibir que es un punto negro dentro de la luz. No hay nada más. Todo lo que hay en este deseo de recibir, lo que crece, todo viene en el cálculo de la luz que actúa sobre el deseo. Fuera del deseo y la luz no hay nada.
Nosotros estudiamos que la luz actúa sobre el deseo de recibir y, entonces, el deseo se desarrolla porque quiere más placer. La luz da el placer y el deseo revela esto. En la medida en el que el deseo se desarrolla, comprende que el que da es más importante. Entonces el deseo de recibir quiere ser como el que da y como ve que es contrario, detiene la recepción, no recibe. Y así, al asemejarse al que da, obtiene satisfacción.
Pero entonces aparece una doble insatisfacción que lo mueve a un deseo más fuerte: el deseo de dar en la práctica y no sólo dejar de recibir. De esta forma, se generan dos deseos que se conectan siendo contrarios. Luego pasa a recibir para otorgar: deseo de recibir con la intención de otorgar.
Así el creado se hace parecido al Creador y allí, en ese estado, se descubren placeres nuevos. Ya no se siente como el creado —el que recibe—, sino como el Creador —el que da—.
De esta forma se obtienen placeres inmensos y se desarrolla este estado de recibir para otorgar. Ambas vienen ahora de la luz y no de él.
Finalmente lo único que quiere es recibir, pero el deseo de recibir llega al aspecto contrario del Creador. El creado llega a lo máximo porque está frente al Creador y quiere ser como Él. Está al lado del Creador pero quiere darle satisfacción al recibir. Este estado es Maljut de Einsof.
Rav Michael Laitman. Lección matinal de Cabalá. Viernes 14-01-2011. http://kab.tv/spa
* El Rav Dr. Michael Laitman es máster en cibernética, doctor en filosofía y Cabalá, profesor de ontología y teoría del conocimiento. Es fundador y presidente de Bnei Baruj y del Instituto ARI, en Israel. Más información en www.kabbalah.info ; www.kab.tv/spa y www.laitman.es
