Este arcano pone de manifiesto que cada persona tiene su tiempo de interiorización, de apartarse del mundo para sentarse a pensar en las cosas que le han venido sucediendo a lo largo de su vida, ganando en madurez, en entendimiento y comprensión sobre nosotros mismos.
El tarot siempre nos deja una puerta abierta para tomar las decisiones que creamos más oportunas, y como no puede ser de otro modo, nos indica que la forma o el momento que tomemos la decisión de saborear un retiro voluntario debe estar en consonancia con nosotros mismos y no pensando en otras personas.
Con frecuencia en una tirada de tarot, se puede visualizar la angustia del vacío interno y lo desconocido, pues tenemos miedo de que nuestro futuro pueda variar y que podamos experimentar una verdadera transformación, y es entonces cuando nos condenamos a nosotros mismos a seguir una ruta donde la verdadera felicidad, sin duda brillará por su ausencia.
Tenemos la opción de aceptar la invitación del Ermitaño y sumergirnos en nuestra propia luz, o de seguir en la oscuridad que nos produce la incertidumbre. En el tarot del amor al ermitaño se le denomina “los buscadores”, y eso significa que a través del tarot podemos descubrir nuevas etapas de nuestra vida.
Berta de la Torre
www.tarotdelapasion.com