La Historia De Los Relojes Biométricos

La Historia De Los Relojes Biométricos

La ciencia ficción cada vez se acerca más, a convertirse en un negocio real. De este modo, ya es posible la identificación rutinaria de empleados, visitantes, usuarios de tarjetas de crédito y otros; mediante información biométrica, como huellas digitales, patrones faciales y el reconocimiento de voz. El precio de la tecnología, necesitada para escanear y leer estas cualidades, se reduce día a día; por lo que cada vez más consumidores acceden a estos dispositivos. Gracias a esto, las tecnologías que costaban 3 mil dólares en 1999 hoy cuestan sólo 100.

La compañía Identix Inc., por ejemplo, vende lectores de huellas dactilares que se conectan a puertos de ordenadores, más el software necesario, por un precio similar a lo que cuesta un par de zapatos deportivos. De esta manera, por menos de 200 dólares se puede acceder a un aparato de mucha utilidad.

De la misma manera, los sistemas de reconocimiento de iris son más baratos en la actualidad, debido al económico costo de los chips de alta resolución, que se usan en sus cámaras. A consecuencia de esto, un sistema de escaneo de iris que costaba 15 mil dólares, a mediados de los noventa, cuesta en la actualidad 300 dólares.

Como resultado del abaratamiento de estos sistemas, en los Estados Unidos, se espera que en los próximos tres años, más de 20 millones de personas comiencen a usar tarjetas de identificación, con datos biométricos incluidos. Adicionalmente, también se espera que 60 millones de visitantes extranjeros, que ingresarán en el futuro a los Estados Unidos, carguen consigo pasaportes biométricos.

Una de las áreas más promisorias de la biometría está relacionada a la prevención del robo de identidad, el cual está ligado a otros tipos de fraudes.  También se espera que la biometría dé una mano en transacciones financieras, ayudando a que el consumidor gane confianza frente al comercio electrónico. Para ello, se contará con métodos que puedan asegurarse que una persona, que compra por Internet, es la titular de determinada cuenta.

Las tarjetas biométricas, de identificación, ya se usan  para ayudar a negocios a montar sistemas, para el control de acceso, haciendo a un lado los sistemas de contraseñas. De esta forma, en algunos países ya se puede ver a instalaciones como bodegas de bancos, laboratorios y bases de datos computarizadas; en las que se usa esta tecnología. En los dos últimos años, muchas corporaciones han comenzado a invertir fuertemente en tecnología biométrica, como escaneares de huellas dactilares, con el fin de asegurarse de que sólo el personal con permiso, haga uso de recintos o de sistemas de informática.

Al usar cerraduras biométricas basta con suministrar una huella digital, para ingresar a un sitio. Los sistemas biométricos analizan estos rasgos físicos.

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