Los abstemios son un 50 por 100 más propensos a sufrir un ataque cardiaco.

Los abstemios son un 50 por 100 más propensos a sufrir un ataque cardiaco.

Un estudio publicado en Circulation, la revista de la Asociación Americana del Corazón, pone de manifiesto que los varones franceses de mediana edad que consumen dos o más vasos de vino después de haber padecido un infarto son menos propensos a sufrir otra crisis cardiaca o experimentar otras complicaciones cardiovasculares que los abstemios.

Tras analizar los datos de una investigación previa denominada Estudio Cardiodietético de Lyon, en la que se trata de averiguar si la dieta mediterránea puede prevenir daños en el corazón o incluso la muerte tras sufrir un ataque, un equipo de expertos galos del Laboratorio de estrés cardiovascular y patologías asociadas de la Universidad Joseph Fourier, en Grenoble, descubrió que en comparación con los no bebedores, los afectados que consumían de forma moderada vino reducían el riesgo de sufrir otra crisis en más de un 50 por 100.

Los médicos estudiaron los casos de 353 hombres de edades comprendidas entre los 40 y 60 años y registraron el alcohol que consumían diariamente. La mayor parte de las complicaciones más severas tras padecer una crisis cardiaca se daban, precisamente, en aquellos sujetos abstemios o que apenas bebían. Los investigadores concluyeron que la relación inversa entre la ingestión de vino y el riesgo de sufrir un segundo accidente cardiaco parece ser independiente de otras causas relacionadas con las patologías cardiovasculares, como el tabaco, la presión sanguínea o el colesterol.

Aun así, según Michel de Lorgeril , coordinador del estudio, "la relación entre consumo de alcohol y ataques al corazón es muy limitada y bastante controvertida. Es muy pronto para dar a los pacientes incluso una recomendación general sobre su consumo. Es necesario seguir con las investigaciones".

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