Los perros no son sólo para los matrimonios, también para los divorcios

Los perros no son sólo para los matrimonios, también para los divorcios

Durante un proceso de divorcio, no sólo los niños pueden quedar atrapados en una espira de tristeza, sino que esto también suele sucederles a las mascotas, quienes, cada vez con mayor frecuencia, son el centro de las disputas entre los cónyuges en busca del divorcio.

Los abogados en derecho familiar están acostumbrados a tratar disputas en relación con los niños, pero ¿qué sucede con una mascota? Hoy en día, algunos se han visto envueltos en estas situaciones y no solo por un perro, la mascota más común, sino también por caballos e incluso periquitos.

Muchas personas ven a los animales como miembros de su familia, así que cuando se da el divorcio discuten la oportunidad de obtener la custodia del animal y el derecho a visitarlo. Es algo que a los abogados en derecho familiar se les exige con mayor frecuencia en Estados Unidos. Asimismo, se les pide a los tribunales que se pronuncien sobre algunos casos de este tipo de custodia.

En Reino Unido, por ejemplo, saber quién se queda con la mascota en caso de divorcio de los dueños es un asunto importante. Si se aplican las reglas en su nivel más básico, los animales se consideran parte de los activos o posesiones matrimoniales.

A diferencia del auto familiar o cualquier otro equipo del hogar, las cosas suelen ser mucho más complicadas porque los animales pueden significar ciertos lazos emocionales. Desde esta perspectiva, las mascotas se convierten en un punto de conflicto real, en el que la pareja encuentra una forma fácil de ventilar frustraciones personales debido a su relación o al divorcio, de una manera superficial.

A pesar de que hay muchos casos de mascotas que terminan en las oficinas de los abogados en lo familiar, la mayoría se resuelven antes de llegar a instancias judiciales mayores, donde se decida el destino del animal.

El mejor enfoque sigue siendo tratar de negociar un acuerdo,  ya que las leyes no cambian tan rápidamente, por el bien de la mascota para que siga siendo tratada con respeto y propiedad por parte de sus cuidadores.

Algunos tips para las parejas en proceso de divorcio que se disputan a su mascota son:

Ser realistas. Una mascota necesita tiempo, alimentación y un buen lugar donde estar; es decir, será difícil mantener un pastor alemán en un pequeño departamento, por ejemplo. Evitar una disputa sobre cualquier animal que pertenezca a tus hijos, siempre y cuando sea posible. Estar abierto a soluciones alternativas y tratar de negociar la atención compartida así como el contacto. Tratar de mantener la calma cuando esté el animal presente., ya que son muy sensibles a los conflictos y pueden asustarse o ponerse nerviosos.

Si es posible, quienes están a punto de casarse pueden considerar un acuerdo prenupcial acerca de quién se quedará con la mascota en caso de divorcio. Asimismo, pueden comprometerse de manera post nupcial sobre el destino del  animal después del divorcio.

Con información de: family-lawfirm.co.uk

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