Nuestro cuerpo tiene una manera muy avanzada de cuidarse, activando un proceso de defensa natural y muy sofisticado, de auto curación contra enfermedades, heridas y células deterioradas, que se llama sistema inmunológico.
El sistema inmunológico es el conjunto de estructuras y procesos biológicos en el interior de nuestro organismo, compuesto por anticuerpos, que le protege contra enfermedades identificando y matando células patógenas y cancerosas.
Cuando una zona de nuestro cuerpo se daña, las células del lugar liberan ciertas sustancias químicas diferentes a las que suelen liberar en estado normal, y salta la alarma.
Esta alarma atrae a las células del nuestro sistema inmunológico, y las características del tejido próximo a la lesión, también cambian, permitiendo que los glóbulos blancos puedan llegar al lugar mucho más rápido.
Se puede notar que los anticuerpos trabajan, pues crean una sensación de calor, como hinchazón, dolor o picazón, y que la zona afectada se llena de sangre, se vuelve roja y se inflama.
Por eso tus hemorroides están inflamadas, rojas, te pican y duelen, aunque es señal de que algo no este bien, también es la respuesta natural de tu cuerpo a ese daño, y es lo que tu cuerpo hace para reparar el daño y curarte.
Con todas estas molestias, lo que tu sistema inmune te esta pidiendo, es que dejes esa zona tranquila por un tiempo para que pueda repararse.
Pero el problema de las hemorroides es que no puedes dejar esa zona sin actividad, pues la utilizas regularmente para la evacuación o defecación,
Las hemorroides no son como un raspado o que se puedan cortar, no puedes ignorarlas y esperar que tu cuerpo se deshaga de ellas de forma natural.
Tendrás que tomar tus propias medidas y decidirte a solucionar tus hemorroides para siempre.
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