Leí un artículo que me impactó muchísimo como médica y como mujer, por eso mi interés en comentarlo.
Un mecánico argentino, Jorge Odón, después de haberle ganado una apuesta a su amigo, sacando un corcho de una botella vacía, valiéndose de una bolsita, tuvo una idea brillante.
Pensó que utilizando este truco podría ayudar a la mujer en el parto.
Durante cinco años estuvo desarrollando la idea hasta que consiguió un dispositivo que, ayuda en los partos en que, habiendo dilatación completa no se produce la expulsión del feto, pese a los intentos maternos de expulsarlo.
Es bastante conocido el riesgo que implica este retraso tanto para la madre como para el hijo.
El dispositivo es de bajo costo y fácil de implementar. Se ha probado con éxito en once partos. Con su uso se disminuiría la necesidad de hacer cesárea o usar fórceps, sobre todo en aquellos países donde esta tecnología no está al alcance de muchas personas.
También disminuye el riesgo de infecciones perinatales.
Originalmente consistía en dos bolsita que introducidas dentro del útero permitían sacar al bebe. Finalmente fue reducido a una sola bolsita, después de varias investigaciones que aportaron los investigadores del Cemic en Buenos Aires.
Su creador ha recibido muchísimos premios y reconocimientos internacionales.
Se considera que podrá estar disponible antes de 5 años.