En Mendoza, el turismo rural ofrece un sinfín de posibilidades para disfrutar. La provincia cuyana ha conseguido doblegar al desierto y convertirse en un importante centro de actividad agrícola y ganadera. El orgullo de esta hazaña se refleja en la hospitalidad con la que los bellas y bien cuidados establecimientos rurales y estancias de la zona reciben a sus visitantes.
En Mendoza, el turista puede optar por alojarse directamente en una estancia y sumergirse así de lleno en las rutinas cotidianas de la vida rural. La mayoría de estos establecimientos campestres cuentan con una infraestructura de alojamiento de alto nivel, que permite combinar a placer las comodidades de la vida moderna con el encanto sencillo y sobrio de la vida en el campo. El mix entre lo antiguo y lo moderno es una constante en las estancias turísticas mendocinas: casi todas han sido remodeladas para ofrecer a sus huéspedes un mayor confort, pero siempre sin resignar la personalidad y el encanto de sus plantas y decoración originales.
Las actividades que pueden realizarse en una estancia son numerosas y atractivas. Una de las más interesantes resulta, sin dudas, la posibilidad de participar en las tareas y faenas del campo, como la recolección de la cosecha o el cuidado de los animales. La vendimia es el plato fuerte de este tipo de actividades, pero no sólo vides se cultivan en Mendoza, y las plantaciones de cereales, con su atractivo colorido, son buena prueba de ello. A la cría de los típicos animales de granja se suma la de los hermosos caballos criollos, raza noble y fiel cuya belleza puede admirarse en los potreros de las estancias mendocinas.
Para los amantes de la buena mesa, no faltan los asados con cuero, los chivitos a las brasas y, por supuesto, los buenos vinos. Si sumamos a esto los espléndidos desayunos de campo, las meriendas acompañadas de dulzuras caseras y los tentempiés protagonizados por los más deliciosos fiambres artesanales, podemos estar seguros de que nadie se irá insatisfecho-o con hambre- de una estancia mendocina.
Quienes no deseen pasar su estadía completa en un alojamiento rural y prefieran el confort más urbano de algún hotel en Mendoza capital, pueden optar por una excursión campestre de día completo que incluya paseos en sulky, caminatas y excelentes comidas típicas en un marco de imponentes picos nevados y arroyos cristalinos, como sólo Mendoza puede ofrecer.
Jorge Alberto Guiñazu
Mendoza Turismo
