Primer acto. Humillación, dolor, sufrimiento, odio, amor, deseo... Tras una avanzadilla, un retroceso, tras un ataque, una represalia. La venganza se retroalimenta a si misma, ya no hay nadie que pare ni que rete a duelo... Uno no habla, no dialoga, apenas piensa, sólo se preocupa en como dar o parar el golpe incierto. Crece la obsesión, ¡si! la obsesión de saciar con sangre, la sangre que se lleva dentro.
Primer descanso. Me han abofeteado, sableado y acuchillado, me han llenado de metralla, me han dejado tuerto, manco, cojo y... Completo mis movimientos con ortopedias varias que me han de llevar al museo.¡Pero no estábamos en el intermedio!. A buen seguro que la transfusión le ha cambiado la sangre que llevaba dentro.
Segundo acto. Las efímeras circunstancias hacen que un día tenga sabor a muerte... la tortilla se va volteando, ahora tuesta por un lado, ahora va calentando el reverso y una sucesión de hechos siguen acrecentando esa sed que se aviva y alimenta como el fuego. Se busca tener la sartén en la mano, se ha perdido, se ha ganado, ya pocas cosas importan y la mente no deja anidar la idea de parar o encontrar un remedio.
Segundo descanso. ¡No soy un gusano, ni un desecho!. Soy un hombre, una mujer, que me has echado el polvo de la muerte. ¡Si! soy la vida que llevas dentro, incluso abres las piernas para que me destrocen, como si no me estuvieras engendrando en tu seno. ¡Vale! Las leyes te protegen mientras los ciegos esconden mi destrozado cuerpo.
Tercer acto. Sacio mi dolor con dolor y encuentro el dolor ajeno, mi humillación del ayer no será mi humillación mañana y... Mientras me violan, engendro y violo y ya tengo la semilla para seguir este proceso violento. No hay vuelta atrás, casi todos me acompañan para justificar ese ¡matar la semilla! ¡Y! ¡Ya soy una de ellos!.
Fin de la obra. Por el camino se burlan cuantos me ven, abren sus labios y mueven la cabeza... No he nacido y ya he vuelto. Me hubiera gustado enseñar a mi madre... Pero quizás mi sacrificio algún día le abra esos lindos ojos que tiene ciegos.
