Los adolescentes del nuevo milenio
En repetidas ocasiones hemos dicho o escuchado comentarios como:”la juventud está cada vez más despierta” o “los chavos de ahora son más precoces que los de antes”, entre muchas otras opiniones que nos indican que los adolescentes del nuevo milenio crecen en una sociedad más permisiva en temas sexuales y por tanto, se convierten en personas que buscan constantemente la exploración de su sexualidad y de sensaciones nuevas.
Los límites entre los tabúes, que antes conducían nuestro comportamiento social, y la libertad se han borrado y los temas acerca de la sexualidad cada vez son más frecuentes en los diferentes medios de comunicación. Aunado a esto, la información, la pornografía y los diferentes recursos que son difundidos por la Internet incrementan la curiosidad nata del humano adolescente que está en busca de esas “sensaciones nuevas”, sensaciones que pretenden ser exaltadas, de acuerdo con los “beneficios” que ofrecen los diferentes productos que incitan a la prolongación del placer sexual.
Todos estos incitadores hacen que los adolescentes, en su mayoría mujeres, apresuren la edad en la que se comienza la práctica sexual, siendo el promedio entre los doce y los trece años de edad. Estás jovencitas se ven expuestas a una gran variedad de experiencias terribles. Paradójicamente, en plena era de la información, este grupo de chicas se ve envuelto en problemas severos de salud, tales como: enfermedades venéreas, embarazos no deseados, cualquier tipo de aborto, confusión de roles sexuales, prostitución, trata de blancas, cáncer de mama o cérvico/uterino, entre otros tantos problemas que lamentablemente han alcanzado cifras superiores en cada año que transcurre.
Quizá son pocas las jóvenes que no se ven atraídas por la curiosidad en temas sexuales. Si antes era “rara” aquella mujer que “perdía su virginidad” antes de tiempo, con lo que manchaba su apellido y lugar en la sociedad; ahora es cada vez más extraño encontrar mujeres que aseguren: “prefiero conservarme virgen hasta el matrimonio”.
La publicidad y propaganda es apabullante, lo lamentable, es que no lo sea la conciencia del acto sexual. Pareciera ser que la avalancha de sexualidad que discurre por todo medio de comunicación al alcance del humano, es en realidad una tormenta que sexualiza hasta el extremo de la perversión a los adolescentes del nuevo milenio.
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