¿Son los SIP de las cajas una privatización encubierta?
Es necesario aumentar el tamaño y la eficiencia de las cajas de ahorro españolas para que puedan competir en igualdad de condiciones en el mercado nacional e internacional.
Persiguiendo este objetivo se creó FROB y la nueva regulación jurídica de los Sistemas Institucionales de Protección (SIP) o fusiones frías. A diferencia de las fusiones propiamente dichas, en que varias cajas se integran en una nueva entidad, los SIP no cambian la identidad de sus integrantes. ¿Qué sentido tiene dar la posibilidad a las cajas de integrarse en un SIP en lugar de obligarlas a fusionarse? ¿es el SIP un estadio embrionario de la privatización de las cajas en España?
La importancia de las cajas de ahorro en España es y ha sido indudable, como entidad centrada en las personas físicas y familias españolas. Pero lo que diferencia a las cajas de cualquier otra entidad de crédito son sus obligaciones hacia la sociedad.
Las cajas de ahorro no son entidades privadas y sus beneficios repercuten directamente a la sociedad a través de su obra social en el territorio que les es propio.
Tienen una doble naturaleza como entidad de crédito y como fundaciones de fin social, estando sus órganos rectores adaptados a ello, con representación de las corporaciones políticas locales, de los clientes y de grupos que representan intereses sociales y colectivos. Siendo así, no siempre los representantes de estas entidades gestionan eficientemente el negocio financiero.
Al tratarse de una entidad de carácter social, y aún actuando bajo criterios mercantiles, no pueden acudir al mercado de capitales para captar recursos emitiendo acciones. Esta limitación ya se intentó paliar en el 2004, creando las denominadas cuotas participativas, que ofrecían los mismos derechos económicos que las acciones, pero sin ofrecer derechos políticos. Claro está, si los inversores no tienen derecho a decidir sobre como se utiliza su dinero, la inversión es menos atractiva.
En este contexto, la crisis ha puesto de manifiesto la necesidad de una mayor flexibilidad para captar recursos básicos de capital y para ajustar las estructuras operativas. Las cajas de ahorros han emprendido un proceso de reestructuración que afecta a tres cuartas partes del sector y que se reflejará en una reducción importante del numero de entidades en el mercado español (hay 17 grupos de entidades de las 45 cajas existentes en un inicio), una disminución notable que busca afianzar el sistema bancario español.
Una buena parte de estos procesos ha contado con apoyo financiero del FROB y se han materializado a través de SIPs.
¿Qué son los SIP?
El nuevo marco jurídico que introduce la regulación de los SIP supone un cambio radical del sistema, posibilitando la transformación de las cajas en una nueva forma jurídica.
Las cajas de ahorros podrán acordar la segregación de sus actividades financiera y benéfico-social, desarrollando su actividad normal como entidad de crédito a través de una sociedad anónima, a la que aportarán todo su negocio financiero.
La entidad central, que determinará las estrategias y políticas de negocio, deberá constituirse como una sociedad anónima participada por todas las cajas integrantes del SIP, en al menos un 50% de su accionariado. En el caso que no se llegue a esta participación de la entidad central, las cajas de ahorro se convertirán en fundaciones de régimen especial y gestionarán únicamente la Obra Social.
Por tanto, con este sistema, es posible ver en un futuro el negocio bancario de las cajas dirigido por una sociedad anónima (un banco, en pocas palabras) y las obras sociales de cada una en manos de fundaciones de régimen especial.
SIPs en la actualidad
De toda la multitud de fusiones que se han ido realizando a lo largo de este año, las fusiones frías en marcha son:
CAM, Cajastur + CCM, Caja Cantabria y Caja Extremadura. Caja Madrid, Bancaja, Caixa Laietana, La Caja de Canarias, Caja de Ávila, Caja Segovia y Caja Rioja, que forman el Banco Financiero y de Ahorros S.A. Caja Murcia, Caixa Penedés, Sa Nostra y Caja Granda, creando el Banco Mare Nostrum. Caja Navarra, CajaCanarias, Cajasol y Caja de Burgos, de las que ha surgido Banca Cívica. CAI, CajaCírculo y Caja de Badajoz.Con este nuevo régimen jurídico, las cajas de ahorro tal y como las conocemos podrían desaperecer del mercado financiero; donde hasta ahora competían los bancos y las cajas, predominarán los entes privados.
En el caso que las cajas se convirtieran en una fundación, su presencia actual desaparecería a nivel financiero, pasando a gestionar sólo la obra social. ¿Es recomendable este nuevo escenario para el interés general o se beneficia a los bancos en detrimento del ciudadano? El futuro dirá.
Imagen| Dino_Olivieri
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