El feng shui es un arte milenario oriental dedicado a mejorar la calidad de vida de las personas aprovechando mejor el espacio y canalizando las distintas energías que emiten los cuerpos. Se inventó en China hace más de 5000 años, y aunque hoy en día esto le puede sonar a paparruchas para muchos escépticos lo cierto es que se trata de un arte reconocido y avalado por muchos expertos en diseño y decoración.
El feng shui es una técnica muy completa, con lo cual aunque cualquiera puede aprenderla llegar a dominarla lleva cierto tiempo. Tampoco se puede simplificar toda la filosofía que alberga, pero sí se pueden resumir algunos principios extrapolables del hogar a los grandes salones y lugares de reunión.
La entrada de la casa o salón debe ser amplia y no dar directamente a una escalera. Se necesita este espacio para dar sensación de amplitud y tranquilidad al recién llegado. El comedor debe estar ubicado en el centro del edificio y tener una forma simétrica o al menos regular, disimulando sus salientes con plantas u otro objeto decorativo. Es recomendable que los colores de esta instancia sean vivos y alegres.
Los asientos deben posicionarse en torno a una mesa cuadrada o rectangular cuyo centro representa a la tierra y la madera, elementos de la buena suerte. Las formaciones similares a una U o a una L no son recomendables ya que dan la impresión de estar incompletas porque les falta un lado y pueden provocar la incomunicación entre algunos comensales.
En la medida de lo posible, es necesario evitar pasillos demasiado largos y rectos y que las ventanas se encuentren totalmente enfrentadas a las puertas, ya que esto canaliza mal la energía y provoca malentendidos entre los habitantes del espacio. Aunque estos consejos están dados para las viviendas, también pueden ser aplicables para mobiliario de hosteleria, oficinas, etc..