A celebrar el día de muertos

A celebrar el día de muertos

Recuerdo durante mi niñez en México, esperar con gusto la tradición familiar de cada año, llevar flores al cementerio cada 2 de Noviembre, la celebración del “Día de los Muertos”

El ritual comenzaba muy temprano, tíos y primos llegaban a casa con cubetas y escobas listos para comenzar la jornada, pasar todos en tribu al mercadito del pueblo a comprar las flores frescas para la tumba de mi abuela y aprovechar, por qué no, a desayunar tamalitos con atole.

Entrar al cementerio era motivo de alegría y cómo no lo iba a ser si estaba vestido de fiesta; por un día no había luto, ni miedo, al contrario, el cementerio se convertía en un jardín de mil colores, buscar y encontrar la tumba entre tanto tumulto no era tarea fácil pero una vez llegando allí, teníamos la misión de lavar la tumba, acarrear agua de la pileta y entre restregadas y escobazos dejarla brillante, escuchar a mis familiares platicar entre risas y algabaría, recuerdos y anécdotas de mi abuela, no sólo divertido, era felicidad pura, sí dentro de un cementerio.

Ahora lejos de México, celebro con mis hijos mis raíces y a mis familiares difuntos

en “El Día de los Muertos” creamos un altar en casa, unimos las fotos de nuestros familiares extintos, cortamos papel picado, decoramos con calaveritas de azúcar y compramos a cada uno, algún dulce favorito siguiendo la tradición de nuestros ancestros que dicen que a medianoche del día 2 de Noviembre, bajan del cielo a comer contigo, mis hijos les hacen cartas y dibujos con la esperanza de que las leerán mientras comen.

Celebrar el Día de Muertos, nos regala la oportunidad de celebrar la vida de cada uno de nuestros amados difuntos, recordar y compartir lo que representaron en nuestras vidas, compartir anécdotas y eventos chuscos de los que ya no están, recordándolos con amor, flores de colores y calabazas de azúcar.

Sé el primero en Comentar

Recibir un email cuando alguien contesta a mi comentario