Londres es una ciudad fascinante, eso nadie lo puede negar. Y yo puedo dar buena fe de ello. Londres me enamoró desde el primer instante en que puse pie en sus calles. Por fin logré entender por qué la gente se queda tan maravillada con la capital de Reino Unido, y es que apenas existen palabras para describir la increíble sensación que puedes experimentar en esa ciudad.
La gran diversidad cultural de Londres hace que veas la ciudad con otros ojos. Bien es cierto que en España tenemos ciudades muy multiculturales, como son Barcelona y Madrid, pero Londres es otra cosa, porque es la metrópoli donde más culturas diferentes conviven dentro de una misma urbe. Por eso la atmósfera es tan especial.
Además, el gran abanico de posibilidades turísticas hacen de Londres el destino turístico perfecto: museos como el Museo Británico, la Galería Nacional, la Tate Modern o la Nacional Portrait Gallery son todos gratuitos, de modo que enriquecerse culturalmente es muy fácil. Por no hablar de las imponentes vistas del Támesis, el Big Ben, el Parlamento, la Torre y el Puente de Londres.
Sin embargo, si Londres tiene una pega es el altísimo precio de los productos y de algunas atracciones turísticas. ¡Comer en un restaurante puede salirte muy caro! Y ya no hablemos del alojamiento, que resulta prohibitivo… Sin embargo, existen alternativas a los hoteles, cuyos precios son desorbitados. Por lo menos tenemos la suerte de poder alojarnos en albergues baratos. Londres dispone de muchos muy bien situados, así que si no quieres dejarte el sueldo en el alojamiento, elige uno de los muchos albergues en Londres.
