Una de las principales dudas que se derivan de la posibilidad de acceder a coches de segunda mano como recurso y alternativa a la compra de vehículos de nueva matriculación es la relativa al combustible. Cuando compramos coches segunda mano una de las primeras preguntas que hacemos al todavía propietario es si el coche es de diesel o de gasolina.
Esto es así porque obviamente cada tipo de combustible presenta ventajas (y también inconvenientes) frente al otro. De no ser así, estaríamos hablando del mismo producto vendido con diferente nombre y lo que es peor, a un precio más asequible que otro. Vamos, lo que viene proclamando el dicho: “es el mismo perro con distinto collar”. Pero, ahora que ya tenemos una clara idea de que vamos a adquirir un coche ya usado, ¿por qué combustible nos decantamos?¿cuál es la mejor opción?
Hay quienes afirman que el diesel es siempre la mejor alternativa por distintos motivos: el coche sufre menos, el coche dura más, etc. Sin embargo, además de que muchas de las razones que muchos consideran decisivas para comprar coches de segunda mano diesel no son más que mitos, a la larga un coche diesel puede salir mucho más caro que otro de gasolina. ¿Por qué? Pues porque el motor diesel lleva incorporados numerosos mecanismos (turbos, inyectores) que son bastante frágiles, por no hablar del coste de reparación. El de gasolina, en cambio, si bien es cierto que tiende a consumir más (algo que en realidad ya no puede aplicarse dado el elevado precio del combustible actualmente) presenta menos problemas de mantenimiento, además de que al comprarlo es más económico uno de gasolina que otro de gasoil.
Por tanto, a la hora de comprar coches de segunda mano, uno de gasolina sin lugar a dudas ofrecerá más y mejores beneficios que uno de diesel.
(FUENTE:Imagen de Getty Images)