1. El primer paso es retirar la vieja rejilla de ventilación. Podemos encontrarnos que esté incrustada a presión o pegada. Con ayuda de un destornillador iremos despegando la vieja rejilla, hasta conseguir quitarla.
2. Ahora, limpiamos el conducto del aire acondicionado en su zona más externa. Aprovechamos que hemos retirado la vieja rejilla para dejar la zona bien limpia y evitar que pronto esté para cambiarla también esa rejilla.
3. Una vez limpio, el siguiente paso es poner la nueva rejilla del mismo tamaño. En este caso, lo más cómodo es pegarla con un poco de silicona, sin ponerle demasiada para que si el día de mañana tenemos que volver a cambiarla no sea muy difícil quitarla. No obstante, como pesan poco con muy poca silicona será suficiente para mantenerla firme.
4. Le hacemos presión durante un par de horas y esperamos a que se seque y listo.
¡Tan fácil! Ya está lista nuestra nueva rejilla.